La marea de lodo tóxico, producto de un derrame en una planta de aluminio de la ciudad de Ajka, llegó ayer a un afluente del Danubio y amenaza el ecosistema del río, uno de los más importantes del mundo, ya que varios testigos informaron sobre la aparición de peces muertos.
Un embalse con óxido de aluminio colapsó el lunes pasado y provocó la pérdida de 1,1 millón de metros cúbicos de fango rojo, que causó cuatro muertos.
Los equipos de rescate intentaban ayer diluir el aluminio para proteger la importante vía fluvial europea de lo que Hungría calificó de "catástrofe ecológica sin precedente".
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