En el arroyo Antoñico termina el fondo de las casas ubicadas en Avenida Ejército, casi Galán. Hay viviendas, en las que unos pocos pasos alcanzan para quedar al borde de la barranca, frente al cauce. Basura en el agua, en la orilla, una maraña de desechos atascada debajo de un puente y malezas vigorosas integran el panorama del patio trasero de las casas de ese sector de barrio Cuarteles. Eso es lo que estaba a la vista el jueves, cuando EL DIARIO estuvo en la vivienda de Carlos Vivas, vecino que junto a Miguel Pacher, Alejandro y Angélica Freddini, Silvia Udrizar, Rosa Cabrera y Alfredo Burgos, habló de un añoso proyecto de entubado del arroyo, de la necesidad de que se concrete de una vez y de que “cuando se haga el trabajo, se haga bien”.
Es que los habitantes dijeron estar cansados de convivir con el olor nauseabundo que suele salir del cauce, de las ratas que acechan, de los mosquitos y de los residuos que arrastra el torrente. Y aseveraron estar hartos de la actitud de otros ciudadanos que usan ese sector del arroyo para deshacerse de sus desechos. Contaron que se encuentra hasta pollos y perros muertos en el agua, a lo que sumaron los líquidos cloacales que llegan a la cuenca a través de conexiones clandestinas. También mencionaron que se ha caído gente de las barrancas profundas y que ha habido accidentes graves.
“Antes el arroyo era un lugar de esparcimiento”, rememoró Angélica Freddini, con unas siete décadas de vida en el barrio. “El agua era cristalina, los chicos se bañaban, se pescaban mojarras y había tortugas. Ahora no queda nada de eso, lo único que se ve es mugre. Es un foco de contaminación”, añadieron los vecinos. Así las cosas, piden desde hace años el entubado del arroyo, entre Ejército y General Espejo. La demanda ha motivado reiterados anuncios y proyectos oficiales. El último se produjo en julio pasado, cuando el gobernador Sergio Urribarri informó que los trabajos empezarán antes de que finalice este año. Ahora, sigue la espera con expectativas e inquietud, según manifestaron.
VAIVENES. Los vecinos no recuerdan con precisión cuándo empezó a hablarse en esferas oficiales sobre la necesidad de “hacer algo” en el arroyo Antoñico. Calculó Rosa Cabrera, habitante de Avenida Ejército, que la inquietud arrancó hace más de cuatro décadas. Después de mucho andar, se entubaron tramos del arroyo, pero desde hace años quedó pendiente el comprendido entre las calles General Espejo y Ejército. Ha habido anuncios de obras, e inclusive, sigue fresca en el barrio la imagen de la llegada de máquinas para iniciar los trabajos —adjudicados a una empresa constructora local, recordaron—; pero luego devino la casi inmediata paralización. Eso ocurrió en la gestión municipal pasada (2003-2007), cuyo último período del gobierno encabezado por Julio Solanas quedó cruzado por el enfrentamiento partidario interno con el gobernador de entonces, Jorge Busti.
Ahora el contexto parece volver a repetirse —reseñaron— a partir de que el intendente José Carlos Halle se alineó con el grupo político liderado por Busti, opositor al del gobernador Sergio Urribarri. El ex mandatario encabeza el Peronismo Federal y el titular del Ejecutivo provincial, el kirchnerismo. Cabe destacar, la obra se prevé financiar con fondos nacionales.
Hasta el año pasado —detalló Carlos Vivas— las vecinales de los barrios Cuarteles, Antonini, Belgrano, Bartolomé Mitre y La Delfina —barrios afectados por el tramo sin entubar— mantuvieron tratativas con funcionarios municipales, específicamente con el ex titular de la secretaria de Planeamiento e Infraestructura, Tomás Arias, y se llegó a plasmar un proyecto de obra. Pero tras la ida del funcionario —renunció en febrero pasado— y el paso del tiempo, se iniciaron gestiones a nivel provincial. Hace dos meses, se comunicó la decisión de iniciar los trabajos en el corto plazo en unos 2 mil metros de cauce y se encaró la elaboración de otro proyecto de obra.
INQUIETUD. La Municipalidad esbozó un proyecto de obra —copia que se distribuyó entre algunos vecinos en julio—, respecto de cómo sería el entubado. Ahora bien, el boceto generó preocupación en el vecindario debido a que a la vera de la obra aparecen sectores de terrenos para lotes. Se trataría, según infieren los vecinos tras analizar el papel, de espacios ganados por el relleno de las barrancas, en los fondos de sus casas. “Si van a lotear, que nos consulten primero a nosotros”, pidió Udrizar y explicó que las escrituras de los frentistas consignan al arroyo como límite. De ganarse terreno por los trabajos, los vecinos se inclinan porque sea destinado a espacios verdes, se parquice y se planten árboles. “Que nos pregunten a nosotros”, volvieron a pedir, tras coincidir en que el destino debería resolverse entre las áreas municipales competentes y la gente de la zona.
El paso de camiones, un dolor de cabeza
El tránsito pesado por Avenida Ejército es incesante. Camiones de gran porte pasan “a toda hora y hacen vibrar todo”, según los vecinos. Afirmaron que aparecen grietas en las casas y que los despiertan a las 5 de la mañana.
Con el peso de los vehículos y el terreno de vertiente temen por sus viviendas. Pero además temen y se indignan por el tránsito de vehículos trasladando sustancias peligrosas. “Lo preocupante es que pasan los camiones que no pueden pasar por el túnel (subfluvial), los mandan por acá porque van por la balsa. Todos los camiones con ácidos, productos químicos pasan por plena ciudad”, acotó Pacher.
El circuito para el tránsito pesado es el obligado, pues no hay otro, explicaron. Hace años que se planteó la posibilidad de habilitar un borde oeste, pero nunca avanzó. Por esa calle, transitan los camiones que van a la balsa que cruza el Paraná, los que se dirigen a la fábrica de aceite y a la de tejas y ladrillos cerámicos (Coceramic). Cargan unos 35 mil kilos, calculó Vivas.
Proyecto nuevo
Sandra Guevara, presidente de la comisión vecinal Mitre, informó los últimos avances del proyecto logrados en la provincia. Dijo que en agosto participó de una reunión con el ministro de Planeamiento, Infraestructura y Servicios de Entre Ríos, Guillermo Federik, en la que quedó confirmado el entubado y se dieron detalles de la obra. La provincia, con fondos nacionales, hará “el cajón del entubado” y los cordones de la calle que correrá arriba, en la misma dirección que el cauce. La calzada tendrá 8 metros de ancho y la provincia gestionará el asfalto a través de otro programa nacional, explicó la vecinalista.
En cuanto a la calle, Guevara detalló que —según las explicaciones técnicas— debe trazarse una calle que siga la misma dirección del cauce con el fin de garantizar el escurrimiento natural del agua. El resto de las obras referidas a la planificación, quedarán en manos de la comuna.
El proyecto está en estudio en la Nación, luego de que la provincia lo acondicionara de acuerdo a las objeciones planteadas por los organismos del Gobierno central.
En cuanto a la historia de las tratativas, Guevara recordó que en un primer momento el Intendente había sugerido a las vecinales hacer un viaje a Buenos Aires para analizar el tema, pero “luego vinieron los problemas políticos”. Después se presentó nota al Gobernador y luego, pareció encarrilarse la vieja demanda. Aunque, los vecinos claman por “no quedar de nuevo (hacen referencia al período anterior) en medio de una disputa política”. En conclusión, el “proyecto viejo (delineado por la Comuna)” fue modificado, por lo que está uno nuevo en análisis en Buenos Aires. Ahora, “hay que esperar repuestas de allá”, puntualizó la vecinalista.
|
|
|