Organizado por el Consejo Argentino de Relaciones Internacionales (CARI) se desarrolló en Buenos Aires un panel sobre “la materia jurídica de la controversia” entre Argentina y el Uruguay por la pastera UPM–Botnia, causa que llegó hasta la Corte Internacional de Justicia de La Haya.
Durante esa exposición, de la que participaron, entre otros: Susana Ruiz Cerutti, directora General de la Consejería Legal de Cancillería; Marcelo Kohen, el embajador y especialista en Derecho Internacional Julio Barboza y el abogado José Esaín, especialista en Derecho Ambiental; el secretario de Medio Ambiente de la Nación, Homero Bibilini dio a conocer el informe sobre el “plan de vigilancia ambiental del río Uruguay en la zona Gualeguaychú–Botnia”.
En ese informe, que dio a conocer Bibiloni en su exposición, y del que tuvo acceso EL DIARIO, a través del link que publicó Radio Máxima, se afirma que, desde el funcionamiento de la pastera, se detecta mayor presencia de “eventos de contaminación atomosférica”.
Parte de ese documento, que presentó –según reveló Luis Leissa a este medio– el Gobierno nacional ante La Haya, confirma que “Botnia contamina”.
DETALLES. Con el membrete de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, el informe en la página 14 y bajo el título de resultados revela: “El plan de vigilancia permitió caracterizar los procesos que gobiernan la mayoría de los principales ecosistemas y condicionan o limitan la capacidad para dispersar los contaminantes derivados de Botnia y la identificación de los momentos y lugares críticos donde los impactos son observados”.
Párrafo seguido se indica que “los hallazgos más relevantes del plan de vigilancia ambiental son: numerosos eventos de contaminación atmosférica con materia en suspensión, los óxidos de nitrógeno, óxidos de azufre. En especial el sulfuro de hidrógeno, que era indetectable en el período pre–operacional, entró 10–40 kilómetros en el territorio argentino, produciendo eventos recurrentes malolientes que se ha venido registrando y modelada por el programa de vigilancia y denunciado por la población local”.
La evaluación del medio ambiente, desde que se instaló Botnia en Fray Bentos, y que hoy se revela en esta página, fue realizado por: La Universidad Nacional de La Plata (UNLP), Universidad de Buenos Aires (UBA), la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), Servicio Meteorológico Nacional (SMN), Prefectura Naval Argentina (PNA), Municipalidad de Gualeguaychú, Dock Norte (Monitoreo de aire) y el Centro de Investigaciones Toxicológicas de Buenos Aires (CIT).
OTROS DATOS. En el punto 4.6 de ese informe, se detalla: “Aumento de dioxinas y furanos en los sedimentos superficiales y sedimentos núcleos que indica niveles de acumulación de 22 veces superiores a los valores normales”.
Sobre ese punto, se advierte que “las pruebas resumidas anteriormente debe ser evaluado en el contexto del período de tiempo relativamente corto de la operación de la planta de pulpa (menos de dos años) en comparación con el largo ciclo de vida de la planta. El marco temporal es muy relevante y advierte sobre el futuro, los impactos más irreversibles asociados a los efectos acumulativos y su posible intensificación debido a la reducción de la afluencia y su posible intensificación debido a la reducción de la afluencia de agua según lo previsto por el clima regional actual, escenarios de cambio”.
Dicho eso, en el mismo informe, se propone: “monitoreo continuo y paciente de los efluentes de la planta”; “calidad de agua del río en la zona de influencia”; “monitoreo integral de actividades de impacto” y; “continuidad del muestreo de calidad de aire fuera del ámbito de la CARU”.
El informe completo, se puede leer en el link que el portal de Radio Máxima publicó bajo la dirección:
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