El agua de red de las ciudades de Rosario y Santa Fe tiene menos sodio y arsénico que varias de las primeras marcas embotelladas que se venden en el mercado. Los datos surgen de un estudio comparativo que realizó el Ente Regulador de Servicios Sanitarios (Enress) en agosto pasado. Si bien no trascendieron las marcas que superaban los parámetros establecidos por el Código Alimentario Argentino (CAA), el organismo oficial reportará los datos a la Agencia de Seguridad Alimentaria, área que tiene competencia para arbitrar sobre el tema.
Los análisis se realizaron comparando el servicio de agua potable de Rosario y Santa Fe, ambas con fuentes en el río Paraná, con siete marcas de agua envasada. Así, con respecto al sodio (símbolo químico es Na), en las botellas analizadas se encontraron valores de 239, 242, 194, 190, 186, 153 y 152, contra los 22 miligramos por litro que asegura Aguas Santafesinas (Assa) para su producto.
Con respecto al arsénico (símbolo químico As), a los 5 microgramos por litro que tiene el agua que provee la red, cuatro de las marcas embotelladas estudiadas, contienen 39, 37, 21 y 17 microgramos por litro de este contaminante para la salud humana.
¿Qué significan estas cifras? "Para el caso del sodio, algunas embotelladoras exceden los cien miligramos por litro que estipula la ley 11.220, que regula el servicio de agua potable", explicó Muñoz. Y destacó que si bien este número no vulnera al Código Alimentario, que no se expide al respecto, puede ser un dato importante para que lo conozca un hipertenso a la hora de elegir qué agua tomar", detalló.
Por sus características el caso del arsénico cobra mayor relevancia. "Hay embotelladoras que si bien están por debajo de los 50 microgramos por litro previsto por la ley 11.220, exceden las diez unidades del mismo tenor que el Código Alimentario dispone para aguas de mesa que se vendan fuera de su lugar de origen", ilustró Muñoz.
De la lectura de los datos obtenidos en agosto por el Enress, su titular concluyó que en relación con ambos parámetros, el servicio de Aguas Santafesinas es mejor o igual al de la aguas de mesa que se pueden comprar en el mercado.
Barato y bueno. Pero con ser más sana, la calidad del agua que se consume no lo es todo. Para Muñoz a la hora de plantear modelos de hidratación también tallan los precios. Aguas Santafesinas provee el equivalente a mil botellas de un litro a sesenta centavos, contra los cinco pesos que se suele pagar en el mercado por un litro embotellado. l
Según Muñoz, los usua rios de las ciudades evaluadas, Santa Fe y Rosario, que captan agua del río Paraná, suman el 74 por ciento de las cuentas del servicio que brinda Assa en toda la provincia. Además enfatizó que en el análisis de los parámetros es fundamental considerar la fuente de provisión ya que "cuando se trata de napas, pueden variar", aseguró.
"El mensaje es que no siempre el agua envasada es mejor que la de red", dijo Muñoz.
Los análisis revelados hacen foco en un preconcepto fortalecido en las últimas décadas de la mano de la preocupación por la calidad de los alimentos. En ese proceso, quedó claro que no todas las fuentes de agua son seguras y la toma de conciencia volcó el consumo a favor de las aguas embotelladas. El crecimiento fue exponencial y pasó de 2.000 millones de litros en 1980 a los 200.000 millones de litros que se expenden en el mundo actualmente.
El estudio que realizó el Enress viene precedido por una investigación similar que hizo el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (Inti). Los resultados ,que se dieron a conocer en septiembre de 2009, también detectaban distorsiones en los parámetros de sodio y arsénico en varias marcas de agua de mesa.
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