A propósito de "Carta Abierta al Gobernador de Mendoza", del Dr. Mathus Escorihuela, publicada hace un tiempo en diario Los Andes, quisiera expresar lo siguiente:
Antes que nada, coincido plenamente con el análisis del Dr Mathus Escorihuela sobre el colapso de Obras Sanitarias, las causas, consecuencias, el ineficiente período estatal, así como en muchas de las recomendaciones que acertadamente sugiere en su carta. Estoy convencida de que una situación límite como a la que se ha llegado con el servicio de agua y saneamiento debe llamarnos a la reflexión y hacernos revisar el pasado, para no cometer los mismos errores.
Reflexionar implica aprender de lo malo, pero también de lo bueno; aprender de nuestra propia experiencia, pero también de la experiencia de los demás, particularmente cuando ésta ha sido exitosa.
Por eso quiero hacer una aclaración respecto del sistema inglés, el cual he podido conocer en los 10 meses que llevo viviendo en Inglaterra, ya que estoy realizando una Maestría en Gestión de Recursos Hídricos, en la especialidad "Agua y Sociedad". Justamente me encuentro estudiando el sistema regulatorio económico y la participación de los usuarios en el servicio de agua y saneamiento, como tema de tesis. Ahora sí, la aclaración y con ella un humilde aporte desde mi experiencia en el viejo continente.
Tanto en Inglaterra como en Gales el servicio es prestado por empresas privadas, no así en Escocia e Irlanda del Norte. Desde la privatización a fines de la década de los noventa sólo se ha modificado la situación de una empresa en Gales, que luego de quebrar pasó a ser operada por una cooperativa, pero siempre en manos privadas.
Inclusive, desde el propio Gobierno inglés se refieren a la privatización del servicio de agua como un éxito, con 85 billones de libras invertidas a la fecha. Los números parecen demostrarlo, ya que la última encuesta de usuarios realizada a raíz del ajuste tarifario reveló que el 95% de la población está satisfecha con el servicio de agua y el 84% con el de cloacas. (WaterUK, 2010).
¿En que está basado este éxito? Sin dudas, me atrevería a decir que en el sistema de control. Un sistema de control independiente y que busca la eficiencia en el servicio, basado en la transparencia y la información para la toma de decisiones. En el caso de la regulación económica, que es la que personalmente estoy estudiando (1), el sistema está apoyado sobre esos cuatro pilares, a los cuales quisiera referirme brevemente, ya que a su vez se relacionan con las sugerencias hechas al Gobernador en la carta.
Independencia. El ente regulador económico es autónomo y tiene el poder suficiente como para calcular, revisar e implementar las tarifas y decidir las inversiones. Más allá de las discusiones que puedan originarse en los debates con los demás reguladores y las empresas, ya que el sistema es altamente "consultivo", Ofwat es quien decide y quien sanciona. Esta prerrogativa lo libera de posibles influencias políticas, especialmente en el tema de los ajustes tarifarios, ya que en ningún lugar del mundo los políticos pueden permitirse subir las tarifas y menos en tiempo de elecciones.
Eficiencia. A través de la revisión tarifaria periódica, se busca lograr eficiencia en las empresas prestadoras. Pero ¿qué significa eficiencia? A través de la fijación de un "límite" de precio, aprovechar la naturaleza privada de las empresas en beneficio del usuario. Que éstas puedan contar con los recursos que necesitan para prestar un servicio de calidad, realizando las mejoras correspondientes pero a un precio razonable, el cual se calcula a partir de la información.
Información. La cantidad de recursos, es decir la tarifa, se calcula sobre la base de la información, con el conocimiento adecuado sobre la "industria del agua" y sobre las empresas, teniendo en cuenta además sus características particulares. Esto quiere decir que se toma en cuenta no sólo el costo de provisión sino las necesidades de inversión, el costo del capital y la adecuada rentabilidad para la empresa, del orden del 5%, ya que el contexto inglés es estable. Sobre eso se pone un techo al precio y si la empresa logra ser aún más eficiente puede tener una ganancia extra, lo cual estimula la competitividad.
Asimismo, la información viene de parte de los usuarios, ya que sus opiniones y preferencias son tenidas en cuenta en la medida de lo posible. Ahora bien, para que todo esto suceda, esa información debe estar disponible y disponible para todos, es decir, ser accesible. De ahí la importancia de la transparencia.
Transparencia. Más allá de que la prestación sea a través de agentes privados, el servicio es público. Esto quiere decir que la información sobre el servicio debe ser pública también, ya que los usuarios serán los primeros interesados en que las prestadoras sean eficientes. Sin información no puede haber transparencia y sin transparencia es muy difícil controlar. Es por eso que uno de los aciertos del sistema inglés es estar apoyado en la publicidad de la información, base también para una efectiva participación de los actores interesados, entre ellos los usuarios.
Para el efectivo control en todos los "estratos" de la sociedad, toda la documentación sobre la revisión tarifaria puede ser consultada en internet. Teniendo en cuenta que es un proceso que dura más de dos años, la cantidad de información es abrumadora.
En Inglaterra y Gales la provisión de agua potable y saneamiento está en manos privadas pero, gracias al efectivo sistema de control -visto como un árbitro entre el gobierno y las prestadoras- se han evitado las tropelías propias de un monopolio natural. El servicio es de alta calidad y a un precio razonable. Los usuarios, satisfechos.
Por supuesto que no pretendo hacer una apología del sistema inglés, que tiene falencias también y resulta muy complejo y costoso en cierta forma. Tampoco quiero forzar una comparación con el caso de Mendoza, ya que características de orden político, geográfico y poblacional lo impiden. Menos aún dar una "receta" para que se copie este sistema en nuestra provincia, ya que todos sabemos las consecuencias de las recetas que no han sabido adaptarse a las realidades locales.
Sí estoy convencida de que podemos tomar al menos algunos de estos principios, como lo que son: principios sobre los cuales construir un mejor futuro para la provisión de agua potable en la provincia.
(1) En el sistema inglés, cada aspecto del agua tiene su propio ente regulador. Así hay un ente de calidad de agua de bebida (DWI); un ente para la regulación económica (Ofwat); el aspecto medioambiental está regulado por la Agencia Medioambiental; el riego, por el Departamento de Ambiente, Alimentos y Asuntos Rurales. Asimismo, intervienen otros actores como: el Comité de Usuarios, Inglaterra Natural y la Asamblea de Gales.
Las opiniones vertidas en este espacio, no necesariamente coinciden con la línea editorial de Diario Los Andes.
|
|
|