El informe presentado por el secretario de Medio Ambiente argentino, Homero Bibiloni, que sostiene que hay contaminación atmosférica en zonas cercana a la pastera UPM (ex Botnia) volvió a generar polémica entre el gobierno argentino y el uruguayo, que asegura que “el tema ya fue laudado en La Haya”.
El informe fue presentado días atrás por Bibiloni y genergó un nuevo cruce entre los dos países, casi en paralelo al ingreso a la planta de UPM del comité científico binacional creado por los presidentes Cristina Fernández y José Mujica para monitorear a fábricas que operen en la cuenca del río Uruguay.
Ayer, el número uno de la Dirección Nacional de Medio Ambiente (DINAMA) de Uruguay, Jorge Rucks, dijo que el informe divulgado por su colega contenía “la misma información que en su momento fuera presentada por la delegación argentina ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya”, pero que ésta no se expidió al respecto porque “el tema del aire nunca estuvo en el marco de la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU)”.
El funcionario oriental agregó que el monitoreo atmosférico “tampoco es un tarea para que cumpla el comité científico binacional” de acuerdo a lo resuelto entre mandatarios y cancilleres de ambas naciones, y desestimó los episodios de contaminación citados por el documento argentino diciendo que “Uruguay sólo considerará los resultados de los estudios del comité”, que es la instancia en que los dos países acordaron para trabajar en el cuidado del medio ambiente del río, con un proyecto de monitoreo que el grupo de cuatro científicos (Guillermo Lyons y Juan Carlos Colombo, de Argentina, y Eugenio Lorenzo y Alberto Nieto, de Uruguay) presentará ante la CARU en noviembre próximo.
Entre los numerosos eventos de contaminación atmosférica que según el informe que presentó Bibiloni se constataron sobre la planta y sus cercanías luego de un año de vigilancia, destacó “una entrada de sulfuro de hidrógeno (indetectable antes de que Botnia empezara a operar en noviembre de 2007) entre unos 10 y 40 kilómetros en territorio argentino”, y se refirió también a “concentraciones de hierro tres veces por encima de las normales, y aumentos de dioxinas y furanos 22 veces superiores a los valores pre-operacionales”.
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