Históricamente, por sus condiciones geográficas y climáticas, la Argentina se ha posicionado como uno de los países con mayor cantidad de recursos naturales disponibles en el mundo, junto con otros que, en su mayoría, también abarcan grandes superficies.
Aunque esa realidad se mantiene, lo que está cambiando -de manera muy negativa- son las condiciones en que esos valiosos recursos se mantienen, teniendo en cuenta la enorme degradación que están sufriendo, en casi todos los casos por responsabilidad humana directa.
Los últimos datos al respecto fueron difundidos ayer a través del Informe Planeta Vivo 2010, que la Organización Mundial de Conservación (WWF, por sus siglas en inglés) elabora desde 1998, y a través del cual documenta el estado cambiante de la biodiversidad, los ecosistemas y el consumo de recursos naturales de la humanidad, explorando las implicaciones futuras de estos cambios para la salud, la riqueza y el bienestar.
Precisamente, este informe sitúa a nuestro país dentro de las diez naciones que totalizan más del 60% de la capacidad de la Tierra de proveer servicios ambientales de importancia global, como la producción de alimentos y la captación de CO2 (dióxido de carbono). La lista de naciones es: Brasil, China, EEUU, Rusia, India, Canadá, Australia, Indonesia, Argentina y Francia.
El rol de nuestro país es aún más relevante si se considera otro dato del informe: la población mundial utilizó durante 2007 recursos que el planeta alcanzaría a reponer en un año y medio. Y, de continuar esta tendencia, la humanidad necesitará la capacidad de dos planetas para 2030, previendo el aumento de la población global.
En consecuencia, la biodiversidad disminuyó un 30% entre 1970 y 2007 a nivel global.
Trascendió también que, en 2007 (últimos datos disponibles), la huella ecológica -el indicador que mide la demanda de la humanidad sobre los recursos naturales- excedió en un 50% la capacidad de la Tierra de reponer los recursos naturales consumidos y absorber desechos como el CO2, producidos por la actividad humana. Así, la gente utilizó el equivalente a 1,5 planetas en 2007 para sostener sus actividades.
Lo curioso del tema es que, actualmente, los “servicios ambientales” que brinda la Argentina exceden por mucho los niveles de consumo interno.
“En este sentido, nuestros recursos naturales, a partir de las exportaciones de commodities como por ejemplo pesca o agricultura, se destinan mayormente a alimentar regiones distantes del planeta como la Unión Europea o China. En un contexto futuro de recursos limitados, nuestro país pasa a tener un rol estratégico”, aseguró Diego Moreno, director general de Vida Silvestre, ONG que representa a WWF en nuestro país.
Ante la consulta de Hoy, Moreno explicó que los principales problemas que padece nuestro país tienen que ver, por un lado, con la pérdida de los ambientes naturales como consecuencia de la deforestación, producto del avance de la frontera agropecuaria, especialmente por el cultivo de soja, y por el otro, con la sobrepesca que provocó la pérdida del 80% de la merluza adulta, principal recurso pesquero en los últimos veinte años.
Con respecto a los bosques, el Informe Planeta Vivo 2010 sostiene que se perdieron 13 millones de hectáreas por año entre 2000 y 2010 a nivel mundial, lo que equivale a cuatro veces la superficie total de bosques existentes en Argentina. Y nuestro país no se queda atrás: según datos de la Secretaría de Ambiente de la Nación, entre 2002 y 2006 desaparecieron 300 mil hectáreas de bosques por año, el equivalente a 15 veces la ciudad de Buenos Aires.
Entre las regiones geográficas que necesitan soluciones más urgentes, Moreno mencionó a cuatro que se consideran prioritarias por lo crítico de su situación: la selva misionera, de cuya superficie original sólo se conserva el 7%; los bosques del Gran Chaco, el ecosistema forestal que más viene sufriendo por la expansión agrícola; los pastizales pampeanos, profundamente modificados por la actividad agropecuaria; y el Mar Argentino, víctima de la sobrepesca.
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