Una nueva muerte elevó a nueve la cantidad de víctimas mortales causadas por el barro tóxico emanado el 4 del actual de una planta de elaboración de aluminio en Ajka, en el oeste de Hungría.
Con el transcurso de los días, el barro tóxico se transformó en polvo, por lo que se ha vuelto más dañino para la salud. Mientras tanto, unos 1200 socorristas continúan los trabajos de limpieza en las calles y las casas. Además, unas 30 casas serán demolidas en el pueblo más afectado.
A pesar de todo, la empresa responsable del desperfecto, que ha sido puesta bajo el control del Estado, se prepara a reanudar la producción.
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