La Municipalidad de Santa Fe fue seleccionada por Naciones Unidas para integrar, junto a otras 12 comunas de América Latina y el Caribe, la Red de Ciudades Resilientes, es decir, que incluyen en sus políticas acciones para estar mejor preparadas para afrontar fenómenos de riesgo hídrico. Es la única localidad de Argentina y comparte el grupo con México y Bogotá, por ejemplo.
“Hemos formado una plataforma regional sobre riesgo urbano y se ha escogido a Santa Fe para integrarla porque ha llevado a cabo trabajos muy importantes para evitar que las inundaciones que periódicamente sufre tengan un impacto mayor en la ciudadanía y en la infraestructura física, ambiental y social de la ciudad”, explicó el jefe para las Américas de la Estrategia Internacional para la Reducción de Desastres de Naciones Unidas, Ricardo Mena.
El funcionario, de visita en nuestra ciudad en ocasión de celebrarse el Día Internacional para la Reducción de Desastres, recorrió esta mañana las zonas más vulnerables, las defensas, reservorios y estaciones de bombeo. Luego participó de una reunión en intendencia, donde Mario Barletta y el director de Gestión de Riesgo, Eduardo Aguirre Madariaga, presentaron las obras de prevención realizadas y las tareas de capacitación llevadas adelante en los barrios.
La idea de integrar esta red es también que las ciudades miembro “puedan servir como buenos ejemplos y motiven a otros alcaldes para que tomen en serio este tema de reducción de riesgo”, dijo Mena.
Compromiso e intercambio
La iniciativa de Naciones Unidas se inscribe en el marco de la “Campaña Mundial de Reducción de Desastres: Mi ciudad se está preparando” que impulsa la formación de una Plataforma de Riesgo Urbano para América Latina y el Caribe. Esta plataforma se concibe como una red conformada por los gobiernos locales de la región interesados en fortalecer 10 aspectos básicos en sus procesos de desarrollo.
Bajo la premisa de Naciones Unidas de que “las ciudades necesitan estar listas para reducir riesgos y ser resilientes frente a los desastres”, el decálogo impulsa, entre otros puntos, que los gobiernos locales inviertan y mantengan la infraestructura; evalúen la seguridad de todas las escuelas y los planteles de salud; aplique y haga cumplir reglamentos de construcción y principios para la planificación del uso del suelo; capacite a los vecinos sobre la reducción del riesgo de desastres; instale sistemas de alerta temprana y si ocurre un desastre vele por las necesidades de los sobrevivientes y centre sus esfuerzos en la reconstrucción.
Además, al formar parte de esta red, el municipio local podrá intercambiar conocimientos y experiencias con el resto de las ciudades que lo integran e impulsar iniciativas de cooperación entre ellas y con otros actores estratégicos.
Si bien el programa no contempla otorgar un apoyo financiero, Mena destacó que este año y el próximo Naciones Unidas destinará el monto del premio internacional ONU Sasakawa para apoyar y premiar a las Municipalidades que han desarrollado un esfuerzo especial en esta materia.
Concientización
Como un eslabón más en la cadena de actividades por el Día Internacional para la Reducción de Desastres -que se recordó ayer- se realizó una campaña de repaso comunitario de los planes de contingencia para los barrios, que incluyó el reparto de folletos explicativos en el oeste de la ciudad.
A las 10, vecinos, referentes de instituciones y del municipio se concentraron en la plaza Arenales, en el corazón de Santa Rosa de Lima y se distribuyeron por el barrio. La acción -que también llegó a barrio Estrada- consistió en la entrega de folletería casa por casa, acompañada de una breve explicación.
La difusión apunta a recomendaciones de cómo actuar ante lluvias intensas que puedan obligar a abandonar domicilios, desde cuestiones prácticas sobre que hacer con aparatos eléctricos y qué elementos rescatar, hasta los puntos de encuentro a los que hay que dirigirse.
“Me parece buena la idea, ayuda mucho a la gente que ya fue golpeada” manifestó Pedro Cabrera, uno de los primeros vecinos en recibir su folleto. Similar opinión compartieron Irma Quinteros y Blanca Ponte, en inmediaciones de la plaza.
“Está muy bien, siempre es necesario que nos informen. A veces, por más que hace años que vivimos acá, no prevemos que nos podemos inundar de nuevo”, indicó Blanca. Pero no olvidó pedir al municipio que “haga lo necesario para que la gente de Santa Rosa de Lima no se inunde más”.
El coordinador municipal del distrito suroeste, Sergio Trevisani, se mostró convencido “de que en los últimos dos años se avanzó muchísimo” en el tema. “Tuvimos un momento que sirvió de prueba en febrero, con lluvias muy intensas en un período similar al de 2007 y los resultados fueron totalmente opuestos. Nos indican que vamos por buen camino” señaló.
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