Las industrias asentadas en Bahía Blanca no ganan para sustos. Mientras van dejando atrás las restricciones en la provisión de gas que afectaron en forma notoria la actividad productiva, especialmente la petroquímica, durante el invierno, ya comienzan a preocuparse por el agua para el próximo verano. Y las perspectivas no son muy alentadoras.
“Dependemos mucho del factor climático y si no llueve, la cosa se va a complicar” reconoció Oscar Ercole, gerente de la empresa 5 de Setiembre que opera Aguas Bonaerenses S.A. al término de las jornadas sanitarias organizadas por la Unión Industrial de Bahía Blanca. El encuentro fue convocado para analizar, con especialistas israelíes, la posibilidad de reciclar aguas servidas y destinarlas al uso productivo, como paliativo a la emergencia hídrica que enfrenta la región desde agosto del año pasado. La sequía extendida hizo descender el nivel del dique Paso de las Piedras, única fuente de provisión para el consumo residencial e industrial, por debajo de su mínimo valor histórico. ABSA debió conectar una decena de pozos subterráneos a la red troncal y explora otros para habilitar recién en enero, pero el sistema continúa dependiendo de las precipitaciones. “No tengo ninguna duda de que tendremos un verano similar al anterior ” admitió el intendente Cristian Breitenstein quien sólo auguró mejoras específicas en ciertos sectores. Durante los pasados meses de intenso calor, algunas industrias recibieron hasta un 30 por ciento menos de volumen de agua y debieron adaptar sus equipos para el líquido de menor calidad que llegó a sus plantas de las fuentes alternativas, como el arroyo Napostá.
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