En México hay alrededor de 12 millones de personas que no tienen acceso al agua potable, principalmente en estados donde existe mayor índice de pobreza, como Oaxaca, Chiapas y Guerrero, señaló Blanca Jiménez Cisneros, investigadora de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC).
El problema se presenta principalmente en entidades asociadas con grupos indígenas; también se da en Veracruz y Chihuahua, lugares que no están tan mal económicamente.
Al ofrecer una conferencia de prensa, la especialista, quien fue galardonada con el Global Water 2010, comentó que la problemática del agua es vasta, pero me parece que lo crítico es el suministro de los servicios apropiados y saneamiento en ciudades donde existen zonas con un déficit importante, de menores recursos, en zonas perdidas y rurales. Ese es el principal reto que hay que enfrentar y hay que hacerlo a bajo costo, porque no es lo mismo suministrar agua en zonas rurales de países desarrollados donde hay mucho dinero, que en naciones como la nuestra.
Agregó que México, además de ser un país en vías de desarrollo, se ubica en la franja donde hay menos agua.
Al respecto, dijo que de los compromisos del gobierno federal está primero, abatir el rezago, asegurándose que toda la gente de cualquier clase social, que viva en zona rural o urbana, tenga acceso al agua potable, y por el otro lado, proveer un adecuado saneamiento, y esto no quiere decir que sólo poniendo plantas de tratamiento, sino a través de una política mucho más integral del manejo del líquido sin tener que pagar o comprar por su consumo.
Por otra parte, a propósito de la próxima Conferencia de las Partes de la Convención de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP 16), que dará inicio el próximo mes en Cancún, se le cuestionó si la AMC tenía alguna propuesta al respecto. “Una de las conclusiones a la que llegamos, junto con la Comisión Nacional de Ecología y la Conagua, es que el gobierno mexicano trabaje junto con los académicos para definir cómo se debe enfrentar el cambio climático, ya que su origen es científico... De repente los gobiernos de todo el mundo –incluido nuestro país– se suben al tema y se les olvida que detrás está la parte científica”.
Explicó que en materia del agua hicieron propuestas muy concretas, como trabajar en aspectos de la disponibilidad del líquido en términos de cantidad y calidad, frente a los escenarios de cambio climático, y en cuanto a las inundaciones, comenzar a acoplar todos los problemas de emergencias a los programas de calentamiento global.
La gente asocia mucho que el cambio climático es que que vamos a tener menos agua y muchas inundaciones. Pero menos agua la asocia a menos agua en las casas y el problema va a ser un problema de sequías, desafortunadamente las sequías cuestan 10 veces más que las inundaciones. Las consecuencias es que se pierden cultivos en el campo, la gente comienza a no tener qué comer, hay más pobreza, comienza a haber migración hay más enfermedades.
Asimismo agregó que el Ejecutivo se preocupa más por resolver el problema de las inundaciones y no en prevenirlas. Debería también tener un programa de atención a sequías con la misma importancia como la tiene para las inundaciones, y a éste le debería de incluir un componente de prevención.
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