La situación alteró el ritmo normal del pueblo, al punto que desde el martes no hubo clases en las escuelas. Ayer, en tanto, comenzó el reemplazo de la nueva bomba y al cierre de esta edición se esperaba la restitución del servicio.
Mientras que los lugareños agotaron las reservas de agua mineral de los negocios, compartieron lo poco tenían con sus vecinos y pidieron con urgencia los camiones cisterna, soportaron como pudieron el grave problema. Por la falta de agua se suspendieron las clases (el dictado de hoy quedó sujeto a la restitución del servicio) y el hospital tuvo que abastecerse de un camión tanque. Sin embargo, según informaron desde la Subcomisaría de Los Berros, la Policía tuvo que hacer intervenciones por el problema.
El agua potable es distribuida por la Unión Vecinal Los Berros (UVLB), que maneja dos plantas potabilizadoras. La número 1 es la más grande y abastece al 80 por ciento de la población, mientras que la 2 es de menor dimensión y surte al resto.
El problema surgió justamente en la bomba de la planta 1, que por su poca potencia ya generaba inconvenientes y el agua que distribuía tenía poca fuerza. Con la nueva bomba que colocaban ayer, los miembros de la UVLB creen que mejorará la calidad del servicio.
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