Cuando las nubes negras se avecinan, cunde el miedo entre los habitantes de esta aldea, ubicada a 3.048 metros por encima del nivel del mar en la norteña provincia india de Ladakh.
A más de 1.000 kilómetros de Nueva Delhi, Ladakh se encuentra en la zona occidental de la cordillera del Himalaya y de la Meseta Tibetana, donde son comunes las condiciones climáticas extremas, frías y secas.
Por lo general, las precipitaciones en Ladakh ni si quiera alcanzan los 20 centímetros en todo un año. Sin embargo, el 6 de agosto se desataron fuertes chaparrones que volcaron 250 centímetros de lluvia sobre la provincia en apenas una hora, causando deslaves e inundaciones, provocando la muerte de al menos 233 personas y dejando a otras miles sin hogar.
"Nunca habíamos escuchado de un desastre así en la historia de Ladakh", dijo Pintto Narboo, uno de los muchos residentes de Leh traumatizados por la tragedia. Pero incluso antes de la intensa lluvia de agosto, los residentes de las 241 aldeas de Ladakh se preguntaban sobre los curiosos cambios en el clima y las temperaturas, que estaban transformando su vida diaria.
Chewang Norphel todavía recuerda vívidamente cómo ella y sus vecinos podían caminar por la superficie del glaciar Khardungla. Pero ahora éste "se ha desvanecido por completo, mientras que los otros, como el de Stok Kangri, retroceden rápidamente", contó.
De hecho, Norphel recibió el mote de "Hombre de hielo", no por sus hazañas sobre superficies congeladas, sino por su pionera contribución para crear glaciares artificiales para el uso de agricultores en la etapa inicial de la temporada de cultivos. "Se lo llame cambio climático o se lo atribuya a cualquier otro proceso natural, estamos experimentando muchas transformaciones en torno nuestro", dijo a IPS el director ejecutivo del no gubernamental Proyecto de Nutrición para Leh, Lobzang Tsultim.
"Nuestra región es conocida como árida, y tenemos pequeños glaciares, de los cuales extraemos el agua", explicó. "Pero en los últimos años, muchos de estos han retrocedido. Como si fuera poco, hemos visto nuestras limitadas pasturas secarse debido a la escasez de agua".
"Los inviernos se hacen más cortos y calientes", dijo el agricultor Tashi Namgiyal. "La nieve se derrite rápido". El campesino señaló que la popular "ruta de Chadar", como se le llama al cruce del río Zanskar cuando está congelado y que han realizado generaciones durante el invierno, ahora se puede hacer por apenas dos meses. Antes, "solía ser desde diciembre a marzo".
"Ahora sufrimos pestes incluso en las aldeas más altas, mientras que antes se producían solamente en las más bajas", añadió Namgiyal. "También estamos viendo un cambio en las nevadas y en las cosechas de cebada"
Los residentes no están imaginando cosas. S.N. Mishra, del Departamento Meteorológico Indio, confirmó que la temperatura media en Ladakh entre noviembre y marzo se había incrementado un grado, mientras que la máxima para los meses de verano aumentó 0,5 grados centígrados.
Las lluvias de agosto arruinaron las plantaciones y otras tierras cultivables. Según datos oficiales, 1.420 hectáreas fueron afectadas por las inundaciones, y 51 por ciento de las siembras, incluyendo de cebada y de verduras, fueron severamente dañadas. Hasta agosto, "sólo nos preocupaba que faltara el agua, al ver que los glaciares retrocedían rápidamente", señaló Narbo. "Pero ahora también tememos por nuestra superviviencia", añadió.
"El daño es muy vasto", confirmó Robert Folkes, jefe de emergencias de la organización no gubernamental Save the Children, refiriéndose a las últimas inundaciones. "Los campesinos sin duda necesitan… maquinarias y trabajo manual para limpiar las capas de cieno de sus campos", indicó. "También necesitan ayuda de los gobiernos locales y de las organizaciones no gubernamentales para reparar el daño causado a los sistemas de irrigación, de los que depende en gran medida la agricultura de Ladakh", añadió.
El geógrafo Mohammad Sultan, profesor en la Universidad de Cachemira, opinó que un solo evento como las lluvias de agosto no representaba necesariamente una señal del recalentamiento planetario, pero admitió que "el aumento de los eventos extremos sugiere que las condiciones climáticas están cambiando".
"Debido a que los inviernos se hacen más cortos y más calientes, y también ante el hecho de que muchos glaciares pequeños retroceden rápidamente, no sólo la gente común, sino también expertos en el cambio climático ven esto con preocupación", dijo por su parte Badrinath Balaji, quien ha trabajado por varios años en este lugar como silvicultor.
La tragedia de agosto generó el temor entre los agricultores de que algún día deban abandonar Ladakh, y están hoy especialmente preocupados por la escasez de agua. "La agricultura es el único arte que conocemos, y obviamente nuestros hijos dependerán de ella", dijo Sonam Tundup, campesino de la aldea de Stakmo. "Si no queda agua, no habrá agricultura, y eso significa que nuestros hijos tendrán que abandonar esta tierra".
Tsultim, del Proyecto de Nutrición de Leh, sostiene que adaptarse al cambio climático es la mejor opción. "O te adaptas o te extingues", dijo. "Aunque estoy seguro de que no estamos pagando por ninguna falta nuestra, tenemos que pensar en adaptarnos a los cambios, que ocurren debido a acciones del mundo industrializado" que liberan gases de efecto invernadero, sostuvo
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