Las autoridades haitianas y Naciones Unidas han confirmado la detección de los cinco primeros casos de cólera en la capital del país caribeño, Puerto Príncipe. Más de 210 personas han fallecido y otras 2.679 se encuentran hospitalizadas a causa del brote de esta enfermedad, que hasta ahora se localizaba en zonas rurales al norte y al este de la capital. Los hospitales no dan abasto para atender el aluvión de afectados por la enfermedad, según reconocen hoy las autoridades sanitarias de la empobrecida nación caribeña.
"Hemos confirmado cinco casos en Puerto Príncipe que han sido rápidamente diagnosticados y aislados", ha confirmado la portavoz de la ONU para asuntos humanitarios, Imogen Wall, citando información de las autoridades de salud de Haití. Wall ha hecho hincapié en que los cinco infectados habían contraído la enfermedad en la zona de brote principal, el departamento de Artibonite, al norte de Puerto Príncipe, y que posteriormente habían viajado a esta ciudad, donde cayeron enfermos. En esa región han muerto 194 de los 210 fallecidos. "Esto no es una nueva ubicación de la infección", ha subrayado Wall, para añadir que la vigilancia se ha incrementado en la capital haitiana, especialmente donde se sitúan los campos donde se refugiaron más de un millón de supervivientes del terremoto del pasado 12 de enero, en el que murieron 250.000 personas. Las autoridades temen que, de no lograr controlar su expansión, los casos de cólera se disparen en estos campamentos.
El origen de la epidemia
La aparición de estos cinco casos ha desatado la preocupación en los responsables de Naciones Unidas que, sin embargo, todavía se muestra reticente a confirmar oficialmente que el brote se ha extendido a la capital de Haití y pide tiempo para ver cómo evolucionan los acontecimientos. Aunque los cinco casos se localizan al norte de la capital, fuera del núcleo urbano, se trata de "una circunstancia muy preocupante", en palabras de la Wall.
Sobre el origen del brote, el presidente de Haití, René Préval, ha asegurado que la enfermedad fue "importada" porque hacía un siglo que no habido presencia del cólera en el país caribeño, aunque no ha identificado su procedencia porque, según ha dicho, "sería irresponsable y peligroso" identificar a un país o nacionales de algún territorio como fuente de la epidemia. El jefe de Estado ha hecho esta declaración a la emisora privada Radio Kiskeya en Mirebalais, al este, la otra zona afectada por la enfermedad. También ha visitado regiones de Artibonite para reunirse con autoridades locales y sanitarias y "conocer los problemas" y "tomar disposiciones necesarias". El foco de cólera puede estar en un río contaminado, según Unicef.
El mandatario ha aprovechado para pedir a las poblaciones que sigan las consignas de precauciones y para su protección. "Ayúdense y ayuden al Estado", ha dicho, para insistir en las medidas de higiene como lavarse los manos -el cólera se transmite por contaminación fecal del agua y la comida-. También ha animado a los medios de comunicación a colaborar en la campaña contra la enfermedad, a través de boletines de información y mensajes de sensibilización.
La enfermedad se expande a gran velocidad, espoleada por las precarias condiciones sanitarias en las que viven los desplazados. Los hospitales, con carencias de personal y medicamentos, están desbordados. Los pacientes yacen en pasillos y estacionamientos, donde son hidratados con sueros intravenosos.
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