El brote de cólera que en los últimos días mató a más de 250 personas en Haití ya llegó a la capital del país, Puerto Príncipe, donde decenas de miles de personas residen hacinadas en campos de refugiados -instalados tras el devastador terremoto de enero pasado-, donde las medidas sanitarias son precarias.
Las autoridades haitianas confirmaron ayer que tres personas murieron de cólera en Puerto Príncipe, donde se confirmaron otros cinco casos de la enfermedad, lo que lleva la cifra total de muertos a 250.
La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas (OCAH) confirmó a la cadena norteamericana CNN los casos de infección en Puerto Príncipe, que encendieron la alarma ante la posibilidad de que la enfermedad se instale entre las decenas de miles de personas que viven en campos de refugiados.
"Si la ola de muertes llega a Puerto Príncipe, donde decenas de miles de familias viven en campos sin ningún tipo de higiene, será un gran desastre", dijo Estrella Serrano, voluntaria de una organización de ayuda humanitaria.
Las autoridades sanitarias de Haití creen que los cinco casos de infección en Puerto Príncipe son de personas que viajaron a la capital para recibir tratamiento. En Artibonite, una de las provincias más afectadas, ubicada a 80 kilómetros de Puerto Príncipe, fueron atendidas 3015 personas con los síntomas de la enfermedad, que son fiebre, vómitos y diarrea.
Sin embargo, el gobierno haitiano anunció ayer una posible remisión de la enfermedad.
"Hemos registrado una disminución en el número de muertos y de personas hospitalizadas en la mayoría de las zonas críticas. La tendencia es que se está estabilizando, sin poder decir que hemos alcanzado un [punto] máximo", dijo Gabriel Thimote, director del Departamento de Salud de Haití. El funcionario dijo que mientras previamente en el hospital Saint-Marc en la región de Artibonite se contaban los muertos por decenas, el sábado había registrado sólo una víctima mortal.
Las campañas para la prevención del cólera y de distribución de materiales higiénicos se han intensificado en la aún devastada capital, donde los campamentos de sobrevivientes del terremoto todavía llenan las plazas, los parques e incluso un campo de golf.
La epidemia es la segunda emergencia que afecta este año al país más pobre del hemisferio occidental. El catastrófico terremoto del 12 de enero dejó hasta 300.000 personas muertas en Haití, que se encuentra a sólo cuatro horas de avión de Estados Unidos.
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