Hace algunos meses, se concretó una primera reunión entre Aguas Santafesinas Sociedad Anónima (ASSA), el Ente Regulador de Servicios Sanitarios (ENRESS), la Municipalidad de Rafaela y vecinos de nuestra ciudad. En aquel momento, se definió la conformación de una comisión, de una "mesa chica" que se reuniera periódicamente para analizar la actualidad, los problemas cotidianos y las posibles soluciones.
En ese momento, la sensación que quedaba no era de las mejores. Es que todos coincidían en recordar aquella frase del General Juan Domingo Perón: "si uno no quiere que algo avance, debe crear una comisión". Se lo puede recordar al líder del justicialismo como muchas cosas, pero hay algo que lo caracterizó: era un animal político y sabía de lo que hablaba.
Hasta el momento, se concretaron dos reuniones y se debe decir que los resultados han sido claramente positivos. En especial, si no partía desde la desconfianza.
Es que los vecinos tenían desconfianza acerca de la calidad del agua.
El ENRESS se comprometió a realizar controles y si bien hasta ahora se han encontrado inconvenientes para concretar el pedido vecinal sobre la existencia de amebas en el líquido vital, se demostró una clara voluntad para demostrar que el agua que llega por nuestras canillas es de las mejores en calidad.
También se le pidió al ENRESS que vaya a los barrios, para facilitarle a los rafaelinos la posibilidad de concretar sus denuncias, sin tener la necesidad de llegarse hasta el centro. Durante la semana pasada se dio a conocer el cronograma de visitas a cada uno de los barrios. La oficina móvil estará en dos sectores por día, quincenalmente, cubriendo así toda la zona.
ASSA también aportó novedades en el último mes. Decidió dar un "shock" a la ciudad, instalando 812 micromedidores en 14 barrios de la ciudad.
Es cierto que esto no implica una mayor inversión: en los últimos dos meses no se instaló ninguno para sí hacerlo en noviembre y diciembre, a todos juntos. En este sentido, no implica más que una medida de alto impacto comunicacional. Pero también es cierto que, quizás esto permita generar la conciencia que los rafaelinos (los argentinos en general) no tenemos con respecto al uso responsable del agua.
También hubo avances en cuanto al denominado Refuerzo Lehmann: se abrieron los sobres y ya se adjudicó la obra. Cierto es que se había prometido en 2008 y que ya debería estar funcionando. También que no estará para este verano, que todos auguran como muy complicado. Pero hay que ver el vaso medio lleno: los vecinos verán una obra que mejorará -en parte- su situación, algo que sin lugar a dudas caerá bien, dado que a los rafaelinos nos gusta ver trabajos en marcha.
Algo similar pasa con la nueva Planta de Osmosis Inversa. En Febrero, tras haberse caído definitivamente la licitación del acueducto para Rafaela, el Gobernador llegó a nuestra ciudad -en el marco de la firma del contrato para las 111 viviendas (el barrio "La Escribana", como le gusta decir a Hermes Binner)- para realizar el anuncio. En esta semana se abrirán los sobres. Al igual que el Refuerzo Lehmann, recién estará vigente para el verano 2011. Otra buena noticia, pero a medias.
Las dos últimas obras mencionadas permitirán palear la dura situación por la que pasará la ciudad hasta tanto no se concrete la solución final: el acueducto Norte I, que se iniciará en desvío Arijón y llegará hasta Sunchales, brindando agua potable a toda esta zona.
Por ahora, están presupuestados para el año próximo unos 75 millones de pesos para la ejecución de la toma del acueducto en Desvío Arijón. La mala noticia es que en febrero pasado, cuando se dio a conocer oficialmente que se había caído la licitación para los acueductos, el Ministro de Aguas, Servicios Públicos y Medio Ambiente, Antonio Ciancio había sentenciado que este año se había previsto un presupuesto de $ 83 millones con los cuales se resolvería el problema de gran parte de los barrios periféricos de Rosario; más agua para Rafaela y las dos tomas de agua: la de Desvío Arijón (para Rafaela) y la de Granadero Baigorria (para el resto). Casi ya finalizó octubre y todavía no se sabe nada de esto. En ese marco, las promesas son difíciles de creer.
Como la gran mayoría de las cosas en la vida, nada es completamente bueno ni completamente malo. Por ahora, la comisión ha generado más avances de los esperados. Pero estamos lejos de satisfacer todas las necesidades de Rafaela.
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