Las autoridades indonesias han reconocido que los sistemas de alerta de maremoto inaugurados hace dos años, dotados con boyas de detención en el mar, dejaron de funcionar hace un mes por falta de mantenimiento. "No tenemos suficiente personal cualificado para supervisar el funcionamiento de las boyas", ha dicho Fauzi, director de la La Agencia de Meteorología y Geofísica. Sin embargo, las autoridades aseguran que la alerta hubiera sido inútil para prevenir el tsunami que azotó la noche del lunes las islas Mentawai y la costa occidental de Sumantra, que ha causado 343 muertos, ya que el archipiélago se encontraba muy cerca del epicentro y las olas las alcanzaron en 5 o 10 minutos. El número total de víctimas mortales esta semana, incluyendo a los fallecidos por la erupción del Merapi (que se ha vuelto a repetir este jueves, aunque aún no se han facilitado cifras), asciende por el momento a 377. Más de 40.000 personas han huido o han sido evacuadas esta semana de la zona. Algunas han comenzado a regresar a sus casas debido a que el volcán aparentemente había comenzado a calmarse.
El presidente del país, Susilo, Bambang Yudhoyono, ha visitado la zona afectada. Según un portavoz oficial, dio instrucciones "para que continúe sin interrupción el flujo de ayuda humanitaria" a las víctimas, afirmó un portavoz oficial.
Aún siguen desaparecidas 338 personas, mientras que unas 4.000 han perdido sus hogares, según Agencia Nacional de Gestión de Desastres en Sumatra Occidental. Las autoridades indonesias han de hacer frente además a la erupción del Merapi, uno de los volcanes más activos del país, situado en la isla de Java, a unos 1.600 kilómetros al sureste de Sumatra, que ha causado 34 muertos, un centenar de heridos y 50.000 evacuados. El volcán ha vuelto a entrar en actividad hoy, dos días después de la primera erupción. El cráter, situado a 2.914 metros de altitud, ha arrojado grandes columnas de ceniza
incandescente y gases.
Indonesia se asienta sobre el llamado "Anillo de Fuego del Pacífico", una zona de gran actividad sísmica y volcánica que es sacudida por unos 7.000 temblores al año, la mayoría de escasa magnitud y que pasan desapercbidos para la población.
Las imágenes aéreas que publica en su web la BBC de las islas Mentawai, un destino turístico para surferos, muestran el alcance de la destrucción. Un primer avión cargado con 16 toneladas de tiendas, medicinas, comida y ropa alcanzó ayer la isla de Pagai, al norte de Mentawai, pese al fuerte temporal. Los equipos de rescate han llegado con ayuda a 13 pueblos golpeados por olas de tres metros, pero no han logrado alcanzar otras 11 localidades situadas en las remotas islas.
Las autoridades tienen problemas para transportar personal y ayuda humanitaria a las islas por barco a través de los 175 kilómetros de mar picada desde Padang. Además, los equipos de rescate no consiguen informar de la situación sobre el terreno debido a las malas comunicaciones de las islas.
Un gran número de afectados tuvieron que dormir la pasada noche a la intemperie ante la falta de tiendas de campaña. El maremoto se generó a causa de un seísmo de magnitud 7,5 en las islas Mentawai, al oeste de Sumatra, el día anterior.
El presidente indonesio, Susilo Bambang Yudhoyono, ha llegado a la región desde Hanoi, donde iba a participar en una reunión de los países del este de Asia, para supervisar los esfuerzos del rescate de las dos tragedias. Se está intentando trasladar a las islas Mentawai en helicóptero.
Indonesia inauguró hace dos años un sistema de alerta de tsunami con tecnología y financiación aportadas por varios países que, se suponía, debía funcionar a la perfección este año. "Las islas estaban muy cerca del epicentro y las olas las alcanzaron en 5 o 10 minutos", ha explicado Ridwan Jamaluddin, experto de la Agencia Nacional de Tecnología, "aunque hubiera existido una boya de detección habría sido muy tarde para alertar a la población".
Sumatra Occidental
Fuentes de la gobernación de la provincia de Sumatra Occidental, la más afectada, han pedido asistencia urgente para los muchos damnificados que han perdido sus casas y se quedaron a la intemperie. Naciones Unidas envió ayer una misión para evaluar los daños y las necesidades de la población de este archipiélago. La autoridades indonesias estiman que al menos 4.000 viviendas y edificios, la mayor parte ubicados en las islas de Pagai Utara (del norte) y Pagai Selatan (del sur) y Pagai Utara, han sido arrasadas por el tsunami y creen que sus moradores se han cobijado en las zonas más altas. Cuando se produjo el maremoto había al menos ocho surfistas españoles en las Mentawai que se encuentran bien, ha indicado la Embajada de España en Yakarta y ha confirmado a este periódico la empresa que les organizó el viaje.
El epicentro del seísmo, cuyo desastre precedió un día a la erupción del virulento volcán Merapi, en la isla de Java, se localizó a 33 kilómetros de profundidad bajo el nivel del mar y 149 kilómetros al sur de la ciudad de Padang, capital de Sumatra Occidental. Durante las siguientes horas se sucedieron 14 réplicas de hasta 6,2 en la escala abierta de Richter. La falla donde se produjo el terremoto es la misma que el 26 de diciembre de 2004 causó un sismo de 9,1 y luego un tsunami que destruyó localidades costeras de una docena de naciones bañadas por el océano Índico y causó 226.000 muertos.
Las autoridades de Indonesia han elevado hoy de 28 a 34 el número de muertes a causa de la erupción del Merapi. Del total de muertes, 25 se produjeron en la ladera del volcán, uno de los más activos del archipiélago, mientras que el resto falleció en el hospital debido a las graves heridas, indicó Agustinus, un portavoz policial de Yogyakarta. Los más de 50.000 evacuados se hacinan en el extrarradio de Yogyakarta, la principal ciudad de Java, mientras que algunos grupos han decidido volver a las laderas del volcán a pesar del peligro.
El mes pasado otro volcán de Sumatra, el Sinabung, entró en erupción y obligó a efectuar una evacuación masiva.
|
|
|