Los vecinos del barrio Unimev I, que conforman un conglomerado de aproximadamente 500 familias, están reclamando por la calidad del agua que reciben a diario, señalando que por su dureza les está deteriorando artefactos, como calefones, además de repercutir en sus organismos, al perjudicar la piel y el cabello.
Esta populosa barriada, como otra de los alrededores, tenía hace algún tiempo problemas bastante serios en cuanto al abastecimiento del líquido, y la queja más seria por entonces era la de falta de presión y hasta de dotación por las redes.
Como consecuencia de esa crisis, en noviembre de 2009, como medida paliativa, y con el fin de mejorar el servicio en la zona, el municipio de Guaymallén facilitó a la ex intervención de Obras Sanitarias (hoy Aguas Mendocinas), una perforación de 4 pulgadas, ubicada en la esquina de calles Cangallo y Nazarre, de ese barrio.
A juicio de los residentes, la mezcla del líquido que envía la empresa estatal con la que proviene de la perforación, derivó en los inconvenientes que se están planteando.
Alberto Hoyos, un ex gasista matriculado, sostiene que al arreglar calefones se aprecia que "los flexibles de esos aparatos salen 'blancos' por la acumulación de sarro y lo mismo se observa en las tuercas de conexión cuando hay pérdidas". Los daños también se observan en los lavarropas.
Las vecinas Esther de Sosa y Juanita Castillo dieron también ejemplos de los inconvenientes mostrando impurezas acumuladas en utensilios de la cocina, mientras que otros moradores plantearon que si el nivel de corrosión es el que se está insinuando en el corto lapso que lleva la nueva de provisión de agua, es de esperar que pronto habrá que encarar el cambio de las cañerías de la zona, que son de hierro galvanizado y llevan cuatro décadas de instaladas.
El deseo del sector "no es protestar por protestar, sino que como conformamos un núcleo habitado bastante importante y que todos cuidamos, aspiramos, por las vías normales, a que nos cuiden y que nuestra salud no se vea afectada, como está ocurriendo ahora", concluía una carta que algunos habitantes enviaron a los medios de difusión hace algunas semanas.
Por de pronto, se disponen a solicitar al Ente Provincial del Agua y Saneamiento (Epas), la realización de nuevos análisis, con vistas a establecer los parámetros de dureza y otros indicadores. De todos modos, en este organismo se señaló que a priori el agua se enmarca en el concepto de aceptabilidad del producto, a pesar de los inconvenientes que están planteando los usuarios.
En la gerencia operativa de Aguas Mendocinas se explicó que la perforación (de calle Cangallo) y el envío de una dotación de líquido a la red, "determinó la realización de muestreos y análisis, cuyos resultados indicaron que el agua es apta para el consumo humano, mostrando un valor levemente de dureza al del agua de la red".
En este aspecto -la levedad de la dureza- puede estar la diferencia de apreciación con los vecinos, para quienes "los problemas de impurezas del líquido afectan sensiblemente nuestra calidad de vida".
Además, los técnicos de la compañía estatal afirman que el agua de la perforación "es clorada" antes de ser incorporada al circuito de distribución y que por lo tanto, el líquido que llega a los inmuebles se encuentra perfectamente desinfectado, con controles diarios del personal de perforaciones y también de laboratorio, de acuerdo a las normas del Contrato de Concesión".
La perforación inyecta a la red un caudal aproximado de 70.000 litros/hora.
Habrá que ver si entre la aceptabilidad del producto, como afirma el sector oficial, y el reclamo de la gente, se puede introducir alguna variante más para bajar la actual dureza que afecta a los pobladores, quienes están haciendo sus planteos dentro de normas de convivencia aceptables y sin acudir a medidas extrema.
Se ejecutan 2 perforaciones en la zona
Guaymallén figura dentro de las zonas con más problemas de abastecimiento de agua. Se trata de un territorio densamente poblado y muy grande.
Por eso, el Gobierno provincial resolvió construir tres pozos, para paliar ese déficit, con una inversión de $ 3.641.000.
Dos de las obras se están realizando. Una en calles Achupaya y Alta Gracia, en Las Cañas, y la otra en el barrio Unimev III, entre Azcuénaga y Cochabamba. El tercer pozo se hará hacia el este del Acceso Sur, siempre en Guaymallén.
Los habitantes, que se están quejando por la dureza del líquido que reciben, también plantean que habrá que prever el estado de las redes de distribución, que están quedando obsoletas. |
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