La habilitación de las playas de la ciudad estaría supeditada este año a los resultados de los análisis bromatológicos que empezó a realizar la Municipalidad de Corrientes tras 8 años sin datos acerca de las condiciones de las aguas recreativas de la capital. La principal preocupación de los expertos encargados del estudio es la existencia de desagües cloacales en la zona costera.
Aunque los primeros testeos que se realizaron durante los primeros días del mes en la playa Arazaty no detectaron agentes peligrosos, desde Bromatología advierten que serán necesarios al menos 2 análisis más antes del inicio de la temporada. Las pruebas, esta vez, se extenderán a varios balnearios capitalinos.
Pese a que todavía no se registran las altas temperaturas típicas del verano correntino, existe gran expectativa por la habilitación de playas y la ansiedad de algunos provocó los primeros casos de ahogados en la temporada. Uno de los factores determinantes para la apertura de balnearios este año será el estado de las aguas.
Según confirmó a El Litoral el director general de Bromatología de la Municipalidad de Corrientes, Néstor Muzzio, los primeros resultados de las nuestras tomadas en la playa Arazaty fueron satisfactorios. Igualmente, aclaró que estas pruebas son insuficientes para garantizar la seguridad de los balnearios y adelantó que se necesitarán más estudios.
“Si nos guiamos por las normas internacionales vigentes, necesitaríamos muchos más análisis, pero de acuerdo a los recursos técnicos con los que contamos, no se podrán realizar todos”, admitió. Igualmente, adelantó que “por lo menos” se realizarán 2 testeos más antes de dar el visto bueno para el ingreso de los bañistas en las aguas del Paraná.
Muzzio adelantó que las pruebas se extenderán a las distintas playas capitalinas como Malvinas, Molina Punta, y Arazaty, en el ámbito de las públicas, además de las que pertenecen a clubes privados, como Regatas y Yacaré.
El principal factor de preocupación para la comuna es la vertiente de aguas servidas que existen en lugares muy próximos a los balnearios. “La vehiculización de los desechos humanos no se realiza de manera correcta y hay desagües en plena Costanera Sur o en la playa del Molina Punta, a escasos metros de donde se baña la gente”, alertó.
El actual titular de Bromatología, quien se desempeña desde hace 25 años en el área, recordó que estos estudios se realizaban anualmente entre 1991 y 2002. “Después tuvimos problemas con la asistencia, porque es un proceso muy complejo, que demanda mucho tiempo y espacio y nosotros estamos abocados principalmente al control de alimentos, pero afortunadamente este año pudimos reanudarlos y esperamos mantenerlos”, comentó.
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