Tal como sucedió hace más de dos años cuando ingresó el Estudio de Impacto Ambiental (EIA), HidroAysén necesitó un camión para llevar hasta la Conama las respuestas del segundo bloque de observaciones, que los servicios públicos efectuaron al proyecto hidroeléctrico que Endesa y Colbún impulsan en la XI Región.
Cada una de las 36 copias que ayer -un día antes de lo estipulado-llegaron hasta Coyhaique y contenían 4.700 páginas y 160 planos, pesaban 40 kilos.
Tal como se había adelantado, si bien la sociedad incluyó respuestas para cada una de las 1.114 preguntas que recibió en enero pasado, en 131 de ellas, directamente la contestación de la empresa advirtió la existencia de observaciones repetidas, temas que fueron cubiertos en otros ítemes o antecedentes que estaban contenidos en diferentes preguntas.
En lo fundamental estas respuestas, alertaban respecto de observaciones "inexistentes", esto es, preguntas que, por sus características o porque constituían un encabezado de otras, no podían ser respondidas. También HidroAysén postula que todos los antecedentes necesarios para una completa evaluación ya estaban contenidos en el EIA, o bien, en la primera ronda de preguntas, lo que -a juicio de la empresa- es suficiente para la evaluación.
En otros casos, la empresa indica que en varios pasajes del EIA, y en las primeras respuestas a la Conama, la información solicitada está disponible y la reitera para el conocimiento de los servicios.
Además, existen varias rectificaciones y se aclara que algunos permisos sectoriales, sobre los que se pide detalle, deben ser solicitados en forma posterior a la eventual obtención del permiso ambiental.
Nuevos proyectos
El vicepresidente ejecutivo de HidroAysén, Daniel Fernández, explicó que en este proceso destaca la inclusión de medidas de mitigación adicionales, que tienen que ver con el desarrollo del potencial turístico de la provincia de Capitán Prat, donde estarán emplazadas las cinco centrales del complejo hidroeléctrico (2.750 MW). Esto incluye desarrollar la marca Patagonia, lo que incorpora acuerdos con operadores turísticos internacionales.
"En Noruega, Nueva Zelandia y Canadá, está probada la buena convivencia entre turismo y represas, porque mejoran los accesos a determinados lugares de visita, lo que permite desarrollar actividades productivas relacionadas con el turismo", explicó Fernández.
Además, se incluyeron mil hectáreas adicionales para conservación en la zona del río Baker, que se sumarán a las 11.560 hectáreas proyectadas para ese fin en la zona del río Pascua.
1,4 toneladas pesaban en conjunto los 36 sets de respuestas a las consultas ambientales que recibió HidroAysén.
Cada caja contenía 4.700 páginas y 160 mapas que profundizaban lo ya declarado por la empresa en su
Estudio de Impacto Ambiental.
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