Según el optimismo con que se encare la noticia, se puede decir o bien que la Argentina duplicó sus áreas marinas protegidas, lo que es estrictamente cierto porque pasó de 0,7% al 1,4%, o se puede decir que aún falta muchísimo para cumplir una de las metas internacionales en cuanto a medio ambiente, que es llegar como mínimo al 10% de protección de cada una de las biorregiones. Lo cierto es que para Parques Nacionales (PN) y la Fundación Vida Silvestre Argentina (FVSA), que trabajan en la conservación de los distintos ambientes naturales del país, la noticia resulta más que óptima.
El anuncio lo hizo la presidenta de PN, Patricia Gandini, en un acto japonés: en Nagoya, en el marco de la Cumbre de Diversidad Biológica de la ONU (ver recuadro), casi en el mismo momento en que fallecía Néstor Kirchner. Serán tres parques marinos provinciales, porque están en aguas de esa jurisdicción, es decir, dentro de las 12 millas náuticas. Dos pertenecen a la provincia de Santa Cruz y uno a Chubut. Se suman, así, a un parque marino ya existente en Santa Cruz y otro en Tierra del Fuego, lo que apenas podía mostrar el país hasta esta semana. La intención manifestada en Japón es sumar todavía un nuevo parque más, que está en proceso de gestión; se llamará Banco Burdwood y estará en aguas nacionales, dentro de las 200 millas de plataforma continental que corresponden a cada país. El manejo efectivo de estas zonas se dará en un plazo de dos a cinco años.
Buenas. Las áreas conservadas constituyen una de las zonas más ricas en biodiversidad que aún quedan en el planeta, además de ser importantes por su actividad económica; de hecho, los ambientalistas sostienen que mantener una buena y distinta cantidad de especies permitirá mejorar y racionalizar esa explotación en esa zona de la Patagonia.
Diego Moreno, Director General de FVSA, entidad que colabora con Parques Nacionales para concientizar sobre la importancia de la biodiversidad, aseguró ayer a PERFIL que los nuevos parques “serán una herramienta para conservar los recursos naturales. Son parte del territorio y permiten garantizar los servicios ambientales que nos provee el mar”.
El de las áreas protegidas es uno de los temas pendientes a nivel mundial en cuanto a biodiversidad. “Es el tema de la próxima década”, dijo Moreno. “Se había fijado como meta que para 2012 todos los países tuvieran protegido el 10% de su territorio marino, pero eso viene con demora, aún no llegamos al 1% global”, agregó. En cuanto a ambientes terrestres, la protección ya llega al 12%, aunque se aspira a aumentarlo hasta el 15%.
“Lo que la Argentina viene haciendo es muy bueno en cuanto a expansión de sus áreas protegidas marinas”, dijo Moreno. La protección in situ la hará PN con colaboración de Prefectura y la Armada, que tienen capacidad logística para hacerlo.
“Como bióloga marina, la creación de nuevas áreas marinas protegidas es uno de mis grandes desafíos”, comentó Gandini en Japón. “Nuestros logros en estos últimos dos años, con la creación de los nuevos parques, muestran el fuerte compromiso de incluir áreas marinas en nuestro sistema nacional de áreas protegidas.”
Un final con acuerdo
Representantes de los 200 países que formaron parte de la décima reunión de los países firmantes del acuerdo de biodiversidad, que se realizó durante los últimos quince días en Nagoya, Japón, arribaron ayer a un acuerdo en el cierre del encuentro. La intención suscripta es llegar a proteger el 17% de las tierras y aguas mediterráneas, y el 10% de los océanos hacia 2020. Hoy ese número global está en el 13% de las tierras y sólo 1% de los océanos. Y con sustanciales diferencias según cada región.
El acuerdo fue definido por algunos cómo débil, por otros como ambiguo, pero muchas ONGs se retiraron satisfechas con el evento.
Para Diego Moreno, director general de la Fundación Vida Silvestre Argentina, “el balance es positivo porque se resolvieron temas pendientes y se aprobó un nuevo plan de trabajo para la década. Pedíamos llegar a proteger el 20%, pero en ese contexto 17% no está mal. Ahora el problema es que se cumpla”, resumió. Se aprobó un plan de veinte puntos, que incluye asistencia de los países desarrollados a los en vías de desarrollo, que presentan muchas asimetrías en el mantenimiento de sus ambientes.