La producción de granos en la Argentina puede alcanzar los 150 millones de toneladas en la próxima década, en tanto que pueden proyectarse otros 100 millones para la suma productiva de Paraguay, Bolivia y el oeste brasileño, principalmente el Estado de Mato Grosso. Ese enorme volumen agrícola generado en la Cuenca del Plata, que tiene a la soja como producto insignia, encuentra su vía natural de salida a través del sistema fluvial Paraguay-Paraná, que es, por añadidura, el que ofrece menores costos por fletes.
Es cierto que para que funcione a pleno hacen falta inversiones, obras y, principalmente, decisiones que venzan la resistencia que oponen los lobbies del camión y del ferrocarril, empecinados en sacar por tierra la producción hacia el océano Atlántico, alternativa que satura rutas e incrementa costos en su tránsito por una geografía cruzada por sucesivas formaciones montañosas.
En cualquier caso, toda la producción argentina y buena parte de la otra circularán por la hidrovía que se dragará y balizará hasta Confluencia en una primera etapa, y Asunción, en la siguiente. Así, el sistema empezará a tomar la forma y ofrecer los servicios que hoy muestran redes hidroviarias de alta productividad como las del Rhin-Ródano en el centro de Europa o la del Volga en la actual Rusia. Lo que viene tiene tal dimensión que explica el número de veintisiete interesados en el proceso de manifestación de interés por la reconversión del Puerto de Santa Fe.
Visiones mezquinas, reacciones ligadas con la instintiva defensa de intereses particulares, argumentaciones de base regional y operaciones sin firma de autor consiguieron retardar la marcha hacia un objetivo que excede con amplitud lo local -aunque habrá de beneficiarlo- y va también más allá de lo nacional. Basta recordar al respecto que, en el momento de la firma del convenio entre el Ente Administrador Puerto de Santa Fe y el Fonplata para financiar los estudios de factibilidad de la extensión de la estación fluvio-marítima a la ribera del Paraná, la representante del organismo internacional resaltó su carácter estratégico para el Mercosur.
Por eso, el anuncio de la incontrastable decisión del gobierno provincial de concretar el proyecto, en oportunidad de la ceremonia de apertura de las presentaciones de manifestación de interés, fue aplaudido por los santafesinos congregados en el Salón Blanco de la Casa de Gobierno. Hacía falta un compromiso categórico porque se multiplicaban las dudas y los recelos, acicateados por rumores tales como el fracaso de la manifestación de interés por falta de presentaciones, especie que circulaba en los medios periodísticos de la ciudad de Rosario. También preocupaban -y preocupan- las demoras evidentes en el estudio de la articulación ferroviaria y la definición de las tierras a expropiar para realizar las obras de vinculación y la infraestructura específicamente portuaria. Y estos aspectos, definitorios para los interesados, urgen.
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