Después de 26 años de espera, los vecinos de Alto Cochabamba abrieron una pila que llevó agua de Semapa hasta su barrio y los liberó de seguir comprando a los aguateros que los dotan de agua cara. Pese a los problemas que tuvo la entidad encargada de la administración de agua potable con el consorcio encargado de ejecutar la obra y con la financiadora, el plan de ampliación del sistema de agua potable al sur de Cochabamba continúa en marcha.
Esta obra tuvo un costo de 300 mil bolivianos y fue financiada con recursos propios de Semapa. Además de la instalación de las líneas que llevan el agua hasta este tanque de la zona sur, también se compró una bomba que tuvo un costo de 72 mil bolivianos para impulsar el agua que llega desde otro tanque que está en la zona norte de la ciudad.
El depósito de Ijchukollo tiene un caudal de bombeo de 30 litros por segundo y una altura de 60 metros. La población beneficiaria llega a los 30 mil habitantes.
El sistema de impulsión ya fue concluido en esta zona y para llevar el agua hasta este tanque se utilizaron 700 metros de tubería, además de tres válvulas, dos de compuerta y una de retención. También las acometidas ya fueron terminadas, pues cada uno de los vecinos que viven en la zona las construyó con sus propias manos y un poco de ayuda técnica de los funcionarios de Semapa. Ahora sólo falta la línea matriz que llevará el agua del tanque a los domicilios de los vecinos.
El gerente General de la empresa, Luis Camargo, informó que esta obra se concluyó en tres meses, debido a que se tuvo que cambiar el proyecto que fue elaborado en la gestión de su antecesor, Eduardo Rojas, que era más complejo y habría demorado más tiempo en llevar el agua hasta este lugar.
Explicó que sólo falta terminar la red matriz que lleve el agua a las casas y que precisamente esa obra es la encomendada a la empresa Bartos, que actualmente está dentro de un proceso arbitral y de conciliación. "Tenemos que terminar el arbitraje y estamos presentando argumentos sólidos para acelerar esta situación", dijo.