El 2008, por sus particularidades climáticas y la sequía que arrastra el año pasado, ha provocado bastantes inconvenientes en materia de salud, por el aumento del riesgo de las enfermedades respiratorias, y especialmente en el sistema sanitario por la confluencia de patologías que son de distintas estaciones, que han tenido lugar debido a la gran amplitud térmica que ha habido durante lo que va del invierno.
El doctor Carlos Carabajal, médico pediatra, explicó que “estamos viendo una época del año con un clima variado que va desde temperaturas cálidas a temperaturas frías, y cuando el tiempo se presenta así, se presta para muchas enfermedades, fundamentalmente para enfermedades que son de épocas cálidas y frías”.
A esta altura del año, estamos todavía viviendo la época de las bronquiolitis y gripe – detrás de las cuales se presenta la complicación de las neumonías - y también han empezado a aparecer patologías de la vía digestiva, con virus que provocan diarreas, o gastroenterocolitis.
Con respecto a la sequía, Carabajal señaló que “es otro elemento que se suma al del clima, ya que la gran cantidad de viento y tierra en el ambiente, que son irritantes, se agrega a los factores de riesgo de las vías respiratorias”.
La variedad del clima y la sequía, entonces, predispone a las afecciones de este tipo. “Además va a aparecer otro complemento, que son las alergias de las vías respiratorias, porque se está adelantando la primavera y se junta que otras enfermedades que se están dando en la misma época”, sostuvo Carabajal.
Tener todas estas patologías en la misma época provoca “que los servicios de salud se hagan más complejos, porque estamos atendiendo patologías de invierno, de verano y alérgicas”, resaltó el médico.
EL DATO
En al actualidad hay un alto porcentaje ocupacional de los servicios de internación, dado que los niños tienden a desmejorarse rápido por estas patologías.
Hay esperanzas de que la situación tienda a mejorar
Este año, las lluvias estuvieron un 40% por debajo de los valores históricos
Emergencia. La falta de agua se hace notar a la espera del período de lluvia. La sequía del año pasado dejó secuelas, pero esperan que este año se normalice la situación.
El comportamiento cambiante del tiempo ha sido una constante durante los últimos meses. Uno de los elementos meteorológicos que afectó particularmente a Santiago – conjuntamente con buena parte del norte del país – ha sido la falta de lluvias. En efecto, las precipitaciones de esta temporada estuvieron un 40 por ciento por debajo de los valores históricos de Santiago. Las posibles causas, el impacto sobre la producción y la vida cotidiana, y la proyección sobre el futuro de esta adversidad del clima son algunos de los temas que abordaron distintos expertos en diálogo con EL LIBERAL.
“La sequía significa una adversidad climática muy fuerte desde el punto de vista agrometeorológico”, explicó Luís Acuña, especialista en Meteorología del INTA, pero advirtió que “no es nueva”. En efecto, la historia climática de la provincia registra otras importantes que se produjeron durante todo el siglo pasado, de las cuales la más importante tuvo lugar a finales de la década de ochenta. Se trata de un problema cíclico, pero además está ligado a otros problemas sociales y económicos. Más allá de las particularidades de cada caso, Acuña consideró que “el impacto que produce hoy la sequía es muy fuerte”.
Si bien en Santiago no se produjeron lluvias importantes en los últimos meses, el secretario de Agua del gobierno de la provincia, Abel Tévez, recordó que esto es propio de la época y que las lluvias empiezan a producirse entre septiembre y octubre. Sin embargo, consideró que “hay muchas regiones del interior, especialmente en el sur y sudoeste, donde esta situación se ve agravada porque el año pasad ha llovido muy poco, y todavía falta para que lleguen las lluvias de este año”.
De todas maneras, Tévez señaló que “la situación está más o menos controlada y en aquellos lugares donde no se pueda abastecer para consumo humano o ganadero mediante los canales, al menos para el consumo de la gente estamos abasteciéndolos con lo que tenemos”.
De acuerdo a las proyecciones que se manejan, más allá de lo difícil que es la situación actual, se trata de un problema cíclico que, como tal, podría dar lugar en breve a la normalización de las precipitaciones. “Las perspectivas climáticas a nivel regional marcan un período de primavera bastante esperanzador, que de alguna manera van a aportar humedad en períodos de siembra”, señaló Acuña, y sostuvo que “hacia noviembre o diciembre, vamos a tener buen aporte de agua en la región”.
Señalan la influenciade “La Niña”
Las causas de la sequía que se ha vivido este año en nuestra provincia están vinculadas a fenómenos geográficos y meteorológicos globales. En este caso en particular, responde a una situación de temperaturas de océanos, específicamente al llamado “fenómeno de La Niña”, que es un movimiento climático global.
Explicó Acuña: “El océano Atlántico estuvo con temperaturas bajas, y no había una evaporación suficiente de modo que la presión húmeda hacia nuestra parte continental no resultaba, y algo similar ocurrió con el océano Pacífico, y esto hizo que en nuestra zona norte y noreste los índices de sequías fueran bastante altos”.
Cuando aparecen esos fenómenos de bajas temperaturas en los dos océanos aparecen las lluvias en lugares muy estratégicos como la Mesopotamia, Neuquén, o Mendoza, y se produce sequía en otros sectores, como el nuestro.
La sequía está afectando la salud de los más chicos
Causa. La sequía que venimos soportando desde el año pasado provoca la mezcla de patologías de invierno con las de verano y las alergias de la primavera. Los niños son los más vulnerables.
Aunque el período de lluvias no debe llegar hasta fines de octubre o principios de noviembre, la falta de precipitaciones se hace notar con más fuerza, debido a la sequía que azotó a la provincia durante 2007. En efecto, se estima que las precipitaciones están un 40% por debajo del promedio histórico. Los expertos aseguran, sin embargo, que se trata de un fenómeno cíclico y que hay pronósticos alentadores que indican que la situación podría empezar a normalizarse desde el próximo verano. |
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