No hay dudas entre los máximos generales estadounidenses. El agua será la fuente de los próximos conflictos militares. Así lo explican en un informe del Center for Naval. En el análisis elaborado por algunos de los máximos líderes militares retirados se lo advierten al presidente Bush. "O pagamos las consecuencias económicas de reducir las emisiones de gases invernadero o pagaremos en conflictos militares con grandes costos humanos", dice la conclusión firmada por entre otros, el ex comandante Anthony Zinni, el ex administrador de la NASA, Richard Truly y el ex jefe del Ejército Gordon Sullivan.
Cuando Bush leyó este informe hace unos meses ordenó modificar su política medio ambiental y aceptó algunos términos del Protocolo de Kyoto al que se había opuesto por siete años.
El documento fue revelado en la denominada Tribuna del Agua, un foro de profundo debate que se da en la Expo2008 de Zaragoza dedicada totalmente a este recurso. En él, los ex generales aseguran que el agua y las migraciones se convertirán en el problema de seguridad más importante para la Casa Blanca. Ponen los casos de Darfur y Somalia, donde la sequía terminó enfrentando a grupos étnicos y religiosos rivales y obligando a la intervención.
"El cambio climático es una amenaza multiplicadora que trae inestabilidad a vastas regiones", dice el documento. Para Europa, pronostican un futuro difícil con respecto a la inmigración masiva. Dicen que se terminarán militarizando las fronteras para poder controlar el incesante flujo de personas que escaparán de las sequías, inundaciones y enfermedades en África.
Y en América latina ven un retroceso importante de los glaciares y por lo tanto de las fuentes de agua en toda la zona cordillerana y altiplánica.
Desde el punto de vista militar, dicen que tendrán que cerrar, por ejemplo, la base de la isla Diego García, el mayor centro de abastecimiento de las flotas norteamericana y británica, porque la invadirá el mar. Y tendrán que crear una nueva flota, la octava, para el ahora derretido Polo Norte. Para que todos los que participaban de la campaña electoral de Clinton en el 92 recordaran lo importante tenían un lema: "Es la economía, estúpido". A Bush, ahora, se lo pusieron más claro que el agua.
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