Una buena manera de conocer un poco sobre la historia del arroyo Pavón y de su incidencia en Villa Constitución, es conversando con algún amigo o familiar que recuerde la costa del arroyo o que haya salido a pescar por el lugar, hace unos 40 años atrás.
A pocos metros del salto del Pavón el arroyo se abre en dos brazos, uno que sale directo al río Paraná, y el otro, ahora conocido como el brazo muerto del Pavón, corría por nuestra costa desembocando en el arroyo Correntoso.
El arroyo Pavón es el colector final de una cuenca cuya extensión es del orden de los 4.000 km2. Antes del año 1966, al ingresar al valle de inundación del río Paraná describía una curva de noventa grados y recorría 6.700 metros paralelos al río, desembocando finalmente al norte de la ciudad de Villa Constitución.
Durante la crecida extraordinaria del arroyo en 1966, el curso de agua pasó a desembocar directamente al río Paraná. A tal situación hidráulica se sumaron distintos factores que contribuyeron al deterioro de la calidad ambiental en la margen suroeste del arroyo.
Décadas atrás, propietarios de los campos de la zona contribuyeron a estrechar el cause con la construcción de dos puentes. El agua buscó salida y se abrió paso ensanchando el otro extremo del arroyo hacia el Paraná. Así, la falta de corriente de las aguas propició la sedimentación y el crecimiento de vegetación, convirtiendo ese brazo del arroyo en un cauce prácticamente seco.
Cabe mencionar también que ya a fines del 1800, los ingleses construyeron un terraplén que desvió la desembocadura del Pavón con lo que hoy conocemos como el Camino de las Piedras.
Esta secuencia de hechos inhibió las actividades normales en contacto con el agua o próximas a él, afectando especialmente a los barrio Luján, Evita y al Club Náutico Mitre.
Asimismo, para que la situación llegue al estado de gravedad en el que hoy se encuentra, otros factores se fueron sumando, como la desembocadura de los desechos cloacales con la construcción de una planta de tratamiento aguas arriba, los residuos de los asentamientos irregulares en esa zona de barranca y la cantidad de basura que trae las aguas del arroyo Constitución que costea el basural municipal y que, principalmente los días lluvia, el nivel del agua sube y arrastra un gran volumen de desechos.
Un lugar para el sustento de más de 450 familias
La costa local de este arroyo es a la vez utilizado para el ingreso de embarcaciones de pescadores, apicultores, ganaderos y trabajadores de la zona de islas, un curso de agua donde toda esta gente circula a diario y mantiene una actividad comercial que sustenta al menos a 450 familias, generando un ingreso de dinero que supera los 12 millones de pesos anuales, lo que significa un importante punto de sustento para integrantes de nuestra comunidad -esto sin contar la actividad exportadora de los frigoríficos de pescado locales-.
José Álvarez es apicultor, trabaja en la isla desde hace más de 35 años y con gran indignación cuenta cómo recientemente un alud de basura fue arrastrado por el agua de lluvia luego tantos meces de acumulación de residuos. “Nosotros necesitamos la costa limpia, porque la plata de toda esta gente entra por allí, y esa plata se gasta en Villa; los impuestos se pagan acá”, dijo desde su casa ubicada en pleno centro de la ciudad.
La zona del Pavón y el Correntoso constituye una vía natural de circulación para todas estas personas, siendo además la vía más rápida para llegar en caso de alguna emergencia. También es utilizado por deportistas náuticos y amantes de la vida al aire libre.
Ahora, la contaminación del lugar y la cantidad de basura depositada sobre ese curso de agua son los problemas más urgentes que tienen los lugareños. Los trabajos de limpieza del fango contaminante que están realizando en este último tiempo con una retroexcavadora (en algunos lugares) fueron tapados nuevamente con basura luego de las lluvias pasadas.
“Limpiaron una parte del arroyo (aclaró que no es dragado, ya que para ello se requiere llegar al doble de profundidad) y ya se volvió a tapar con plásticos, alambres, muebles rotos, colchones”, describió Álvarez, y reconoció que estos desechos son producto de la selección de residuos que hacen los cirujas en la zona, y el desborde del arroyo Constitución (los días de lluvia) que pasa por el costado del basural municipal, arrastrando gran cantidad de residuos.
“Una vez navegando enganché con la hélice una malla enteriza de mujer, tuve que parar en el medio del Correntoso y no podía sacarla”, contó a modo de ejemplo, y pidió que también que se tomen medidas para disminuir el uso de las bolsas de nylon. “Una vez trajimos un muchacho con un ataque, le salía sangre por la boca, cruzando el arroyo de noche con tormenta, yo agarré una bolsa de nylon y no pude seguir avanzando, me tuve que quedar allí, el enfermo fue con otra lancha hasta que lo llevó Prefectura”, recordó.
Turismo local
El año pasado, con el inicio de la nueva gestión de gobierno, se creó la Dirección de Recreación, Tiempo Libre y Mini turismo. Según los lugareños, en esas oficinas poco conocen del movimiento de esa zona, ya que la recreación y el mini turismo se genera espontáneamente por esos lugares.
“Creo que el 90 % del turismo o el mini turismo está en la zona del náutico de Talleres (por el Mitre), porque desde allí salen botes de personas de Godoy, Rueda, Colón, Pergamino, Junín. La gente que va a pescar sale de allí, porque es más sencillo y más seguro. Si querés salir por otro lado, tenés que ir por el Paraná y tenés muchos más kilómetros”, opinó Álvarez, quien aportó a la vez un concreto dato: “En esta zona se crían los peces, pero a eso nadie le da bolilla. Recientemente largaron al arroyo los desechos de las cloacas crudo (sin procesar) y por eso ahora están todos los pescados muertos. Lo hicieron como a las 4 de la mañana, para que nadie sé de cuenta. Pero en otras épocas podías encontrar surubí, dorados y montones de peces chiquitos”.
Desde el más básico sentido común el apicultor enfatizó: “si matan donde nace el pescado (con la contaminación de las cloacas) y dejan que sequen las lagunas dentro de las islas, listo... no va a haber más pescado”.
“Creo que las cosas se pueden hacer, lo que hace falta es voluntad y no estar fijándose en lo que hacen los demás. Hay que querer a Villa, y no sé si los gobernantes que tenemos realmente lo sienten así, porque arreglar el problema de este arroyo no es sólo para un club, es para toda la ciudad, porque ahora en esas aguas puede haber cólera, hepatitis, y quien sabe que más, eso bien lo podrá decir un médico”, reflexionó.
Recuperar el cauce natural del arroyo
Son varios los puntos a tener en cuenta para atender este problema. Muchos son ampliamente conocidos y estudiados, otros están en marcha, y el resto deben programarse y concretarse.
La actual limpieza de este tramo del arroyo no tendrá su correcto resultado si no se controla la cantidad de basura que se arrastra hasta el lugar. La recuperación del cauce natural es una condición necesaria e impostergable para el saneamiento y el desarrollo de las actividades que se realizan en la zona; ello implica un calado del arroyo con la desobstrucción causada por la construcción de puentes a un nivel que naturalmente el agua vuelva a toma su curso.
Justamente la acción que se requiere en este momento con la ayuda de “la mano del hombre”, es la vuelta a un estado natural -sabiendo de las modificaciones necesarias que requieren la vida de una comunidad- pero devolviéndole a la vez a la naturaleza, esa sabia libertad que nos permitió hasta hace algunos años atrás gozar de un brazo caudaloso del arroyo Pavón por nuestra costa.
Sabemos también que no va a alcanzar con el anhelo de pocos, ni a la espera de una decisión política, como si esta no estuviera directamente impulsada por un requerimiento de la ciudadanía. Será necesario que la comunidad pueda sentir como propio ese cambio, con un deseo colectivo que la motorice hacia este fin.
Una obra de saneamiento ordenada por la Justicia
En el año 1997 la Justicia dio lugar al juicio iniciado por el abogado ecologista José Bodrero contra la Provincia de Santa Fe, amparado en la ley 10.000 de intereses difusos para dar solución al problema del arroyo Pavón. La sentencia obligó al Estado provincial a realizar dos obras de saneamiento: el dragado del fango contaminante del brazo del arroyo Pavón que baña nuestras costas, y el entubamiento del desagüe de la planta de tratamiento de residuos cloacales desde su desembocadura hasta el arroyo Correntoso.
Esta obra fue cuestionada y considera por el propio litigante como un parche al problema del arroyo, que requiere de la recuperación de su cauce original. Para ello se había propuesto en los informes técnicos, la construcción de un dique de contención en el brazo del arroyo que se abre al Paraná; obra millonaria que, a pesar de reconocer su viabilidad para dar una solución cabal, se desestimó por su alto costo.
Asimismo, directivos del Náutico Mitre siguieron y siguen bregando por el cumplimiento de esta sentencia, que aunque sea parcial, es un avance en la solución del problema de contaminación.
La obra contempla la construcción de una estación elevadora, con cuatro bombas electrosumergibles, las que se serían conectadas en los próximos 120 días. De allí se inicia un tendido de 2.520 metros de cañerías, 780 atraviesan un sector periurbano y el resto se ubica sobre material de origen aluvional en una zona expuesta al régimen de crecidas del río Paraná. Lo consignado, se complementa con la ejecución de una obra de descarga en la desembocadura sobre el arroyo Correntoso.
Archivos de nuestro Diario registran anuncios de funcionarios en el año 2001 sobre el inminente inicio de obras que, como se sabe, aún no se terminaron.
Durante todos estos años, con marchas y contramarchas, licitaciones desiertas y cambios de gobiernos, se logró construir la cañería de entubamiento y se está realizando la limpieza del fango.
Un pedido de recuperación y una propuesta de toma de agua
Como un viejo conocedor de la zona, con mapas en mano, José Álvarez trabaja desde el anonimato para recuperar es curso de agua. Prolijamente guarda en una carpeta planillas con más de 1.000 firmas de vecinos y vecinas de la ciudad que quieren que el arroyo Pavón vuelva a su cauce natural y garantizar la entrada y salida por ese brazo de agua a apicultores, pescadores, ganaderos y trabajadores de la zona de isla.
“Esto se lo voy a llevar directamente al gobernador” asegura, y entre todos estos papeles expuestos sobre la mesa compara los viejos mapas, que datan del año 1940, con otro actuales, incluso algunos hechos por él mismo, en donde mediante gráficos argumenta que con una obra sencilla se puede obtener una toma de agua para su potabilización.
Con la próxima conexión de la cañería que desembocará los líquidos cloacales al arroyo Correntoso y la recuperación de cauce del Pavón, Álvarez propone abrir el nacimiento del camino de las Piedras para que el agua vuelva a desembocar por el canal de acceso a la altura del espigón del puerto carbonero, donde se podría generar una toma de agua para una planta potabilizadora.
Una reja que funcione de filtro para la basura
La cantidad de basura que fluye por el Pavón llega a la costa del Náutico Mitre, arrastrada por la lluvia desde la desembocadura del arroyo Constitución y del desagüe de efluentes cloacales, sumada a la abultada cantidad de residuos depositados por la acción del cirujeo y de los asentamientos de la zona. Esta situación alarmó principalmente a las autoridades del Mitre, que están bregando por la continuidad de los trabajos de limpieza de ese brazo del arroyo y que con las últimas lluvias dieron un gran retroceso.
El concejal Gustavo Báez, del Movimiento de Unidad Villense (MUV), se hizo eco del pedido de miembros del Mitre para que se tomen medidas en cuento a la limpieza de las desembocaduras de los desagües y evitar así el flujo cuantioso y contaminante que llega por ese pequeño curso de agua.
Una propuesta de los lugareños fue la colocación de una reja que funcione a modo de filtro en los lugares específicos. Esto se puede concretar en forma rápida y daría una solución concreta a este tema, mientras se atienden cuestiones más generales que hacen a la recuperación del brazo del arroyo Pavón que baña nuestra costa.
“Esto es un problema grave y que todavía en Villa no le dimos solución”, señaló Báez, al tiempo que consideró que la gente del Mitre es la única que mantiene el tema candente, a pesar que no sólo los afecta a ellos, sino a toda la comunidad.
La solución inmediata es la colocación de un filtro o enrejado en la desembocadura del arroyo Constitución. “Ese sería un paso inmediato; pero después hay temas que tenemos que discutir en la sociedad local sobre lo queremos hacer con el Pavón, porque se necesita desobstruir el brazo por el que no corre agua”, agregó el edil y recordó que “también hay que rever la ubicación del basural, porque no puede estar allí, a metros de una ruta provincial, a metros de un barrio, a metros de un arroyo. Todas cuestiones que están prohibidas por ley”. |
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