Ayer, en Olivos, los gobernadores de Buenos Aires, Daniel Scioli; de Chubut, Mario Das Neves; y de Córdoba, Juan Schiaretti; siguieron en vivo y en directo la declaración de la emergencia agropecuario por la sequía de la presidenta Cristina Kirchner. Mientras tanto, el de Santa Fe, Hermes Binner, se alegró en la casa de su provincia en Capital de la noticia: "Es un gran paso, lo estábamos esperando", dijo.
Para el hombre, que maneja la crisis en el lugar donde ya contabilizan daños estimativos cercanos a "los 2.000 millones de pesos", el gesto fue la "homologación de lo que ya han declarado las provincias" afectadas por el fenómeno climático.
"Toda ayuda es bienvenida", dijo Binner. Pero aclaró que, "en realidad", la recuperación del sistema agropecuario "va a llevar mucho tiempo". "Tenemos que ser conscientes de que sin producción y sin trabajo, de la crisis no se sale", declamó.
Esta mañana su ministro de la Producción tiene la oportunidad de plantear el escenario de la provincia en la reunión de la Comisión Nacional de Emergencia Agropecuaria. Un panorama que para Binner genera "gran preocupación" y un "perjuicio grave" para las zonas afectadas y para "todo el país", por la "marcada disminución de los ingresos tributarios vinculados al sector productivo".
"Estamos en tiempos de vacas raquíticas", describió el gobernador. Para salir, consideró necesario "trabajar entre todos para salvar el sistema económico, productivo y social de la Argentina". Es que "a la crisis internacional" se agregó "este problema que es muy serio para las economías regionales y para el país", del que, repitió, "sólo" se puede salir con "producción, defensa de la mano de obra y trabajo".
En relación a las acciones del Gobierno Nacional aseguró: "Hay medidas que son objetivamente buenas y otras que faltan. Nuestra mirada siempre es propositiva".