El presidente boliviano, Evo Morales, aseguró hoy aquí que el acceso al agua es un derecho humano, y por tanto, no puede ser privatizada.
En Bolivia ese derecho está plasmado en la Constitución, aprobada por primera vez con el voto del pueblo, dijo Morales durante el acto público donde fue firmado el contrato que marca el inicio de la construcción de la represa de Misicuni, en el central departamento de Cochabamba.
Aseguró que la inversión está garantizada con respaldo prefactural, nacional y con crédito internacional.
Hace muchos años que el pueblo cochabambino esperaba por la concreción de ese proyecto, dijo el jefe de Estado, al tiempo que recordó las movilizaciones realizadas años atrás con el fin de evitar la privatización del agua.
Según fuentes oficiales, la represa demanda una inversión de 84,2 millones de dólares y será ejecutada en tres años y cinco meses, luego de más de cuatro décadas de espera.
El gobierno y la prefectura de Cochabamba financiarán el 54 por ciento, equivalente a 44,9 millones de dólares, mientras que el resto será sufragado por entidades extranjeras.
En la rúbrica del convenio para el inicio de la construcción tomaron parte representantes de la Empresa Misicuni, el Consorcio Hidroeléctrico de igual nombre y el grupo Internacional Asociación Accidental Hidráulica, contratista de la gigantesca obra.
El prefecto del departamento, Jorge Ledezma, señaló que el tema del agua constituye la principal problemática de la región.
La represa beneficiará a 1,3 millones de habitantes a partir de 2012 y a 2,5 millones desde el 2025.
Para su abastecimiento aprovechará recursos hídricos de los ríos Misicuni, Viscachas y Putucuni, al otro lado de la Cordillera del Tunari, mediante el embalse y trasvase de sus aguas, cuyo fin será el consumo humano, el riego y la generación de energía eléctrica.
La Misicuni almacenará 150 millones de metros cúbicos de ese recurso natural.
ocs/por