La investigación de EL LIBERAL sobre la producción de alcohol de caña en los ingenios tucumanos también generó intranquilidad entre las asociaciones ambientales de la provincia vecina, que hace varios años denuncian la presencia de material altamente contaminante en los cursos de agua que conforman la cuenca Salí-Dulce.
Rafael Medina, abogado ambientalista y titular de la Organización No Gubernamental ecologista Pacto Verde, una de las más influyentes en el Norte del país, transmitió su preocupación por la falta de adecuación de la tecnología de los ingenios a las normativas ambientales.
“La vinaza es el residuo que más afecta al agua de todos los que arroja un ingenio a los ríos; todos estos residuos van a parar al río Salí y luego al Embalse en Santiago del Estero. La vinaza tiene muchos ácidos y genera una demanda biológica de oxígeno muy alta y esto es lo que genera la contaminación”, explicó.
“Hay gente -agregó- que trata de justificar el hecho de tirar vinaza, diciendo que lo que se tira a los ríos es un material orgánico y que al ser orgánico no contamina, o no es de gran impacto. Inclusive algunos dicen que con el tiempo se supera el problema de la contaminación, pero esto no es así. Es tanta la cantidad que se arroja a los ríos y es tal la acidez que se le aporta al agua que el problema se hace cada vez más importante y más difícil de solucionar”.
El titular de Pacto Verde reveló que sólo 3 de las 11 fábricas que producen alcohol realizan algún tipo de tratamiento a sus desechos contaminantes, además denunció que los procesos para restarle impacto ambiental “son insuficientes”.
“En general lo que hicieron algunos ingenios es arrojar la vinaza y la cachaza a unas ‘lagunas de sacrificio’ como las llaman ellos, pero son sólo tres ingenios los que están haciendo eso, el resto está arrojando a los ríos. Hace unos años que se usa un pequeño porcentaje, de la cachaza sobre todo, para abonar el sembradío de caña, pero es poca la cantidad que se utiliza y las personas que lo usan tienen que tener un campo grande y una importante capacidad económica para trasladar ese producto hasta los cultivos, pero los pequeños productores no lo hacen porque aparentemente es inviable desde el punto de vista económico”, señaló.

Principio de siglo
En tiempos en los que la mayoría de las empresas deben someterse a importantes estudios de impacto ambiental antes de instalarse, resulta extraño que los ingenios continúen con su producción generando altos niveles de contaminación. En ese marco el presidente de Pacto Verde explicó: “Todos los ingenios tucumanos son de principio de siglo, donde toda la ingeniería estaba pensada en el producto final y no el residuo que se genera, entonces para hacerle el tratamiento a todos los desechos deberían hacer un cambio grande en todas las fábricas, porque en aquel momento nadie pensó en la contaminación y creo que tampoco hoy lo están pesando”.
“Hoy el ingenio Ñuñorco ha contratado técnicos brasileros quienes están trabajando ahí y también en el Santa Bárbara y el Aguilares, pero trabajan en optimizar la producción y nada más que eso. En ningún momento se instaló ningún tipo de tecnología para mitigar la contaminación”, ejemplificó el militante al reclamar más inversiones a los propietarios de las fábricas para proteger el medio ambiente.

Producir sin contaminar
Las instalaciones del Ingenio y Refinería Tabacal de Salta, el mayor productor de azúcar y alcohol de la vecina provincia de Salta, ha modificado la forma de producción desde el año 1999. Los sistemas de tratamiento de vinazas, cachaza, y las cenizas que se retiran de las chimeneas del ingenio están pensados para mitigar el daño al medio ambiente, además ningún residuo del ingenio salteño se arroja a algún curso de agua, lo que se transforma en un ejemplo en gestión ambiental.
A la vinaza se la concentra por evaporación en piletones de poca profundidad. Al reducir sus volúmenes en más del 50% por evaporación del agua, permite transportarla al campo para utilizarla como fertilizante en los canales de riego del ingenio, lo que reduce considerablemente los costos de flete

Un problema que nace en Tucumán
Catorce fábricas contaminan lo mismo que 11 millones de personas
Un informe realizado por la Universidad de Córdoba y la Dirección Provincial de Aguas y Saneamiento, en 2007, arrojó como resultado que los ingenios tucumanos contaminan lo mismo que una ciudad con 11 millones personas, es decir una población casi diez veces mayor a la que tiene hoy la provincia vecina.
El método de medición de contaminantes conocido como Población Equivalente consiste en comparar la cantidad de DBO (elementos contaminantes) que arrojaría una ciudad con la contaminación que producen los efluentes de una fábrica.
Es un concepto útil ya que su aplicación ofrece una cuantificación numérica del problema que presentan los diferentes vertidos industriales.