La decisión del gobernador Celso Jaque de intervenir Obras Sanitarias Mendoza tiene varias aristas que deben ser analizadas en paralelo. En primer lugar resulta evidente, por el planteo gubernamental, que la empresa ha incumplido muchos de los compromisos que tenía por la concesión. En este sentido, y como ya ha obtenido otros aumentos sin hacer las obras a las que se comprometió, es entendible que el Estado no quiera acceder a dar una nueva suba sin poder garantizarse que será destinada a mejorar el servicio. En este punto hay que volver a decir que esto es posible por el pliego de condiciones hecho durante el gobierno de Arturo Lafalla, que los especialistas dicen que está muy mal confeccionado y ha sido el gran culpable de todo lo que funciona deficientemente. La realidad confirmaría que esto es así, pues ha debido pasar mucho tiempo de desencuentros para que el Estado provincial dé el paso de intervenir la compañía de servicio público. En segundo lugar hay que hacer notar que el Gobierno ha debido aplicar un aumento de tarifa, además de proceder a la intervención. Y hay que recordar que ese incremento había sido aprobado por instancias académicas, tanto de la UTN como de la UNCuyo, y estaba pendiente de la toma de una decisión política. Esta alza se encuadra en todos los ajustes tarifarios que se vienen produciendo, lo cual muestra que además de las fallas del servicio también hay problemas cuando se pisan artificialmente los acomodamientos de tarifa que mandaría la realidad. Al producirse esos frenos es difícil saber luego qué ha sido primero, si el huevo o la gallina. Ahora, la empresa privada dirá que no pudo hacer las obras y brindar bien el servicio porque no le actualizaron la tarifa y el Estado dirá que le sobraba la plata e igual no actuó bien. Y en el medio quedarán los usuarios, pues es probable que ambos tengan algo de razón. Lo que no hay que perder de vista es que lo que falla son los métodos de control y el pliego de concesión, pues todos los pataleos se producen cuando la leche ya está derramada. Es necesario que de esta crisis salga una empresa que pueda ser controlada por quien le dio la concesión, pero que reciba lo que tiene comprometido recibir.
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