A pocos días de conocido el informe del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) sobre la presencia de contaminación en el agua envasada que se comercializa en Argentina, que reveló que el 60 por ciento no respetan el código alimentario con presencia de Escherichia coli, arsénico y nitratos por encima de los niveles permitidos, se conoció que en la India entre 10 y 20 millones de personas están afectados por haber consumido agua de pozos construidos entre el Gobierno y ONGs mundiales.
Bangladesh es hasta ahora el país más afectado en todo el mundo por el arsénico y ocuparía aproximadamente el 60% del territorio. Hace unos años ante la problemática de la mortalidad infantil tanto el gobierno de Bangladesh como Unicef pusieron en marcha un programa para proveer el agua a la población con la construcción de pozos. De esta manera el 95% de la población de Bangladesh empezó a utilizar el nuevo sistema sin saber que les iban a dar a beber arsénico.
Según los últimos datos conocidos, de los 8,6 millones de pozos que hay, sólo un 55% han sido revisados. De ellos 1,4 millones están envenenados (29% de los pozos revisados). El envenenamiento se descubrió a principios de los noventa, cuando la población ya había bebido agua contaminada durante al menos 20 años. La de Bangladesh es una catástrofe tan devastadora que "hace parecer a Chernobil como un pic-nic de escuela de domingo", aseguró Richard Wilson, especialista de Harvard que también estudió los efectos radioactivos en la ciudad de Ucrania. Las cifras de personas expuestas a la contaminación son disímiles ylos recuentos más conservadores -hechos por la Organización Mundial de la Salud (OMS), Unicef, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentacion (FAO) y Banco Mundial - estiman al menos unos 10 millones de ciudadanos. Pero hay otras fuentes que indican que serían unos 20 millones de personas las afectadas. A su vez esto pone en juego los planes que se ejecutan desde los organismos. Algunos expertos aseguran que por la época en la que se realizaban estos pozos no era común tomar la variable de presencia de arsénico en el agua. En Argentina la presencia en aguas subterráneas de arsénico, flúor y vanadio en altas proporciones es también un problema. Las mismas son consideradas tóxicas para el consumo, pues estos elementos químicos se acumulan en el organismo produciendo patologías denominadas hidroarsenicismo y fluorosis. El Hidroarsenicismo Crónico Regional Endémico (HACRE) es una enfermedad producida por exposición de la población a la ingestión prolongada (crónico) de agua que contenga sales de arsénico (hidro-arsenicismo), y afecta a gran parte de la población. La presencia de arcenisismo se manifiesta de uno a diez años después de consumir de manera permanente y prolongada agua con presencia de arsénico en niveles elevados y se exterioriza con lesiones en diferentes órganos internos y externos. La calamidad que se sufre en Bangladesh debería alertar acerca de este problema conocido.
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