Mendoza sigue negándose a compartir los recursos hídricos interprovinciales, y en ese proceder se enmarca la dilación de aquella provincia para darle ratificación parlamentaria al convenio firmado hace ya un año con La Pampa y que fuera avalado por Nación. La aplicación estricta del convenio marco firmado el 7 de agosto implicaba que el río volviera a ingresar a territorio pampeano, y la cláusula 10º establece en su inciso k que ni bien firmado debería garantizarse "un mínimo de escorrentía permanente sobre el Atuel en el límite interprovincial". Este es precisamente uno de los puntos que más rechazo generaba en la provincia de Mendoza.
Ante un nuevo incumplimiento mendocino, la Fundación Chadileuvú y la Asociación Alihuén señalan que creen necesario exponer "a la sociedad pampeana la verdad lacerante de que se deberá replantear la política provincial en el tema Atuel. Es virtualmente imposible llegar a acuerdos con quien no quiere hacerlos, y si algo está probado hasta el hartazgo es que Mendoza sigue y seguirá con su política de hechos consumados que determina negarse a compartir los recursos hídricos interprovinciales".
Denunciar el acuerdo.
La Fuchad y Alihuén afirman en un documento que "sólo acciones diferentes al Acuerdo podrán lograr resultados. Estratégicamente La Pampa debería emplazar a Mendoza a que en un plazo perentorio apruebe el acuerdo so pena de denunciar el mismo", y sostiene que "el gobierno provincial debería iniciar posteriormente una acción ante la Corte Suprema de Justicia por la rebeldía de Mendoza a llegar a una solución e incumplir el fallo que expresa que las dos provincias deben llegar a convenios sobre un uso razonable y consensuado de los recursos".
Las ONG revelan ahora que al momento de cumplirse casi un año de la firma del acuerdo tripartito, en tanto la ratificación parlamentaria La Pampa la produjo en cuestión de días, en la provincia cuyana el gobernador Celso Jaque ni siquiera lo elevó a la Legislatura. Sólo lo envió para su estudio al Departamento de Irrigación.
Deducen que en consecuencia "podemos decir que el Acuerdo está muerto, o si preferimos ser indulgentes, podemos decir que entró en una vía muerta sin posibilidad de reencausarse por mucho tiempo. Si algo podemos decir de la actitud mendocina es que es coherente en la defensa de lo que consideran su exclusivo patrimonio hídrico. Podrán cambiar gobiernos pero la política de estado es siempre la misma: defender a rajatabla los recursos hídricos que consideran son de su exclusiva propiedad".
Recordaron la Fuchad y Alihuén que los mendocinos "negaron la interprovincialidad del Atuel hasta que el fallo de la CSJ dictaminó lo que la geografía y la historia evidenciaban desde siempre. Ganamos el histórico juicio del Atuel y también lo perdimos, el río es interprovincial pero el agua en los hechos no es compartida, ¿Acaso el río sólo es un cauce seco en nuestra provincia?", se preguntaron.
Los términos.
El convenio se extiende en 12 cláusulas y su objeto principal, según puede leerse en la introducción, es impulsar el "progreso socio-económico regional" merced a una "gestión armónica del recurso hídrico", en este caso el río Atuel. Esa gestión se concretará con "obras de infraestructura y acciones no estructurales" en ambas jurisdicciones ya que las dos provincias coinciden en "una visión de conjunto del futuro de la región".
Una de las cláusulas medulares del acuerdo es la cuarta, donde se detallan las obras de infraestructura a realizar. Ellas son:
a) Impermeabilización de la red primaria de riego del río Atuel en las áreas de San Rafael, General Alvear y Carmensa; el financiamiento saldará de Nación, Mendoza y La Pampa.
b) Construcción del canal impermeabilizado Carmensa (Mza)-La Puntilla (LP); financiamiento entre Nación y La Pampa.
c) Obra de recrecimiento definitivo del canal marginal del Atuel, tramo IV, para poder transportar el mayor caudal que estará destinado a La Pampa; financiamiento entre Nación y La Pampa.
d) Instalación de una red de freatímetros y de medición de caudales; financiamiento compartido entre Nación, Mendoza y La Pampa. La ubicación de estas estaciones de medición será acordada entre Mendoza y La Pampa y la red estará operada por la Unidad de Coordinación Técnica del río Atuel.
Aprender.
La Chadileuvú y Alihuén finalizan diciendo que "debemos aprender de nuestras desgracias en materia hídrica, no nos debe pasar lo mismo en los otros ríos compartidos. Nosotros deberíamos aplicar la misma defensa cerrada que emplean los mendocinos en la defensa de nuestros derechos en el río Colorado".
Así apuntan que el Colorado "es nuestro principal río, el que nos da las mayores posibilidades de desarrollo para riego, no dejemos que también Mendoza nos lo robe o deteriore. Uno de nuestro mas preclaros y recordados dirigentes, el ingeniero Héctor Torroba, muchas veces nos decía 'cuidado, no perdamos el Colorado por defender solamente el Atuel'. Para la Fuchad y Alihuén el camino es claro: la actitud mendocina nos lleva al camino de la confrontación judicial, la única razón válida es la fuerza de una decisión de la Corte Suprema de Justicia".
Idea superadora.
El Ministerio de Obras Públicas de Mendoza analiza construir un canal desde el paraje La Marzolina hasta el cauce del río Atuel. Permitiría aprovechar el agua que sale de las chacras y parte de la "cola de riego".
"Es una idea superadora que muestra que en el Ministerio de Obras Públicas de Mendoza están buscando cómo solucionar algunos puntos del acuerdo". Así se expresó el subsecretario de Recursos Hídricos de La Pampa, Juan Pablo Morisoli, al avalar la propuesta de construir un canal para recuperar el agua destinada a riego que ahora se desperdicia. Esta posibilidad permitiría cumplir con el polémico inciso k del convenio firmado hace un año.
"La Marzolina" se llama una zona baja, medanosa, ubicada al sur de la provincia de Mendoza, no muy lejos del límite con La Pampa. Esa zona cumple la función de "área de sacrificio": allí van a parar las "aguas de reúso" de las zonas bajo riego del sur de Mendoza, y también las "colas de riego" de esos sistemas. Las "aguas de reúso" son aquellas que entraron a cada chacra y que tras circular por canales y acequias, se cargaron de sales y otros compuestos químicos. En las áreas de riego de General Alvear y Carmensa, estas aguas van a parar a La Marzolina. Las "colas de riego" también van a parar allí. A diferencia de las aguas de las acequias, esta agua no se ha cargado de sales porque no ingresó a las chacras. Es el volumen que se retiró del río Atuel con destino a riego, pero que no alcanzó a utilizarse.
Las dos descargas "son volúmenes que se pierden allí, que no vuelven al río", sostuvo Morisoli, quien calificó de "una actitud egoísta" la decisión de enviar ese líquido hacia un zona baja sin buscar -por lo menos hasta ahora- alternativas para aprovecharlo.
En el río Colorado, el agua que sale de las chacras vuelve al río. Son las "aguas de retorno", cuya calidad monitorea en forma permanente el Coirco (Comité Interjurisdiccional del Río Colorado) a fin de no añadir una salinidad excesiva al curso del río patagónico. Morisoli destacó que en aquellos casos en que se trata de zonas con muchos años en producción, el agua de retorno tiene casi la misma calidad que al momento de extraerse del río. Esto es producto de la "estabilización edáfica" de esos lugares, es decir, de suelos que al cabo de muchos años en producción han encontrado sus puntos de equilibrio. No ocurre lo mismo en Mendoza, donde hay áreas que se incorporaron hace pocos años y por lo tanto aún no llegaron a ese punto de equilibrio.
Por ello, Morisoli anticipó que si se concretara esta alternativa, La Pampa exigiría que la salinidad y conductividad del agua que ingresa a nuestro territorio "esté de acuerdo con lo que estableció la Universidad Nacional de La Pampa en el estudio que hizo para determinar el caudal fluvioecológico".
Canal.
La propuesta en la que está trabajando el Ministerio de Obras Públicas de Mendoza es hacer un canal que conecte a La Marzolina con el cauce del río Atuel. Esto permitiría que esos caudales, o una parte de ellos, vuelvan al río y permitan un renacimiento de ese ecosistema.
"Ellos estiman que con esto podrían cumplir con el inciso k del acuerdo entre La Pampa y Mendoza", señaló Morisoli. "Este es el inciso que tanta resistencia ha generado, principalmente entre los regantes del sur de Mendoza. Por eso, si se logra superar ese obstáculo, la aprobación legislativa (del acuerdo) estaría más cerca", analizó.
El inciso k del acuerdo firmado el 7 de agosto de 2008 entre La Pampa y Mendoza establece que a partir de la firma del acuerdo, un caudal permanente debería ingresar a territorio pampeano. Ese compromiso no se cumplió: el río entró un tiempo, luego se cortó por varios meses, y hace un tiempo volvió a ingresar. Ante este incumplimiento del convenio, Mendoza ha dicho que ese compromiso deberá hacerse efectivo en el momento en que el acuerdo obtenga la ratificación legislativa en las dos jurisdicciones. La Pampa ya lo hizo, pero en Mendoza está trabado.
Foto: Archivo Programa Infoambiente |
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