En cambio, UNICEF y el Comité Internacional de Rescate han instalado en el resto del centro un nuevo sistema de distribución de agua y han mejorado el saneamiento mediante la instalación de letrinas de descarga, como parte de las labores de reconstrucción tras el conflicto armado.
La escuela de Tortiza permaneció cerrada durante casi tres meses el año pasado, ya que en las autoridades escolares decidieron esperar hasta que los edificios ofrecieran suficientes condiciones de seguridad y se encontrara vivienda para las personas desplazadas que se habían instalado en la escuela.
Natia Sirbiladze, de nueve años de edad, es una de las muchas alumnas y alumnos que piensan que la escuela está ahora mucho mejor que antes. "Me siento muy feliz porque tenemos agua corriente", explica. "Antes, teníamos que ir a casa de algún compañero para traer agua, y también me siento muy feliz porque tenemos letrinas".
La higiene mejora la salud
Los alumnos de la escuela de Tortiza también reciben del Comité Internacional de Rescate lecciones sobre prácticas adecuadas de higiene. Se trata de información que pueden compartir con sus familias, ya sea en el hogar o en los centros de desplazados.
"Ahora sabemos más sobre las enfermedades infecciosas", explica Tamar Akhalkatsi, de 14 años de edad. "También aprendimos cuáles son las causas de la diarrea". El niño agrega que antes, los alumnos no disponían de inodoros ni de agua para beber o lavarse las manos. "Con frecuencia", añade, "faltábamos a clase porque teníamos que ir a buscar agua a las casas de los alrededores".
Durante el conflicto del año pasado, UNICEF se puso al frente de la coordinación de las labores de emergencia en materia de agua, saneamiento e higiene. Junto a sus aliados, UNICEF suministró a más de 100.000 personas desplazadas artículos de higiene y materiales básicos de agua para las familias.
Suministro de agua potable
Además de las labores que realiza en la escuela de Tortiza, UNICEF colabora con el mejoramiento de los sistemas de suministro de agua en la región de Gori, para prevenir los brotes de enfermedades transmitidas por el agua.
Por ejemplo, UNICEF colaboró con el municipio de Gori para obtener una excavadora que se necesitaba para instalar nuevas tuberías de agua, en reemplazo de otras más antiguas y de las que habían resultado dañadas durante el conflicto. Además, toda el agua que se consume en Gori y zonas vecinas se trata ahora con cloro, lo que hace posible el abastecimiento de agua potable a más de 50.000 habitantes de la región.
También se llevan a cabo labores de reparación de los viejos depósitos y bombas de agua, lo que mejora el abastecimiento de agua potable a las aldeas más apartadas de la región.
"En todo conflicto armado o desastre natural, resulta fundamental que UNICEF y sus aliados garanticen que todos los niños, niñas y familias dispongan de acceso al agua potable, al saneamiento ambiental básico y a los artículos y elementos necesarios para que las familias puedan mantener prácticas elementales de higiene", señala Benjamin Perks, Representante Adjunto de UNICEF en Georgia.
Georgia es un país en el que abunda el agua. Mientras los habitantes afectados por el conflicto armado reconstruyen sus hogares y sus vidas, UNICEF continúa trabajando para mejorar la higiene y el saneamiento, y para garantizar que todas las comunidades tengan acceso al agua potable.
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