Para el jefe nacional de Acción Democrática Nacionalista (ADN), Guillermo Fortún Suárez, el acuerdo inicial alcanzado entre las autoridades de Bolivia y Chile por el uso de las aguas del manantial Silala, es una “traición a la Patria”.
En su criterio, las disputas en el país nos llevaron, por desgracia, a que primero en el siglo XIX perdamos el mar, el agua salada, debido a los gobiernos irresponsables.
“Ahora en el siglo XXI, en sus inicios, estamos a punto de perder nuestras aguas dulces, regalándoselas con un supuesto acuerdo que dice que de aquí a cuatro años nos beneficiará, contándonos el cuento de ‘Alicia en el país de las maravillas’ de que todo está muy bien”, señaló.
Lamentó que ahora el Gobierno también quiera entregar las riquezas naturales, por lo que exigió que estas aguas, ubicadas en el departamento de Potosí, no deben ser entregadas, porque eso es “traición a la Patria”.
Fortún Suárez recordó que a Gonzalo Sánchez de Lozada y al MNR, se lo sacó del gobierno de entonces, “patitas a la calle”, junto con el MIR, porque buscaban vender gas a Chile o porque pretendían que el gas pase por ese país para exportar a México y otras naciones.
¿“Acaso esa no fue la temática de esos levantamientos de El Alto?. Hoy por hoy, sueltos de cuerpo dicen vamos a entregar nuestras aguas dulces, y nos van a pagar, sin embargo, al aceptar ese acuerdo estamos reconociendo que no es manantial y que ellos también tienen derecho. Y lo estamos compartiendo, los chilenos tienen una buena diplomacia, nosotros no, al menos en este momento, por tanto, el Gobierno se aplazó y no lo quiere reconocer”, acotó.
En ese marco, exigió que se ponga fin a los atropellos, porque las actuales autoridades de Gobierno no sólo se contentan con cometer atrocidades en Bolivia, con la propiedad, la empresa boliviana, con la educación y con darnos cada día más inseguridad ciudadana, sino que quieren regalar nuestros recursos naturales.
El preacuerdo sobre las aguas del Silala, largamente mantenido en reserva por la Cancillería oficializa la entrega del 50% de estos recursos a Chile y plantea que el resto será puesto a disposición para el aprovechamiento del país trasandino.
En tanto, la Cámara de Senadores anunció que el canciller David Choquehuanca y sus colaboradores serán citados el miércoles 12 de agosto para explicar el preacuerdo alcanzado entre Bolivia y Chile.
Para ello, se presentará una petición de informe oral para convocar al Ministro de Relaciones Exteriores a que explique cuál es la negociación y el convenio que estuviera realizando en torno a este recurso.
Opinión / Desvío de aguas del Silala y referéndum
Aldo Luna Maceda
Bolivia mantiene un litigio con Chile por la demanda de reintegración marítima y el uso que hace de las aguas del Silala. Tampoco olvidamos que los chilenos nos privaron de salida al mar con la injusta guerra de 1879. Ahora presiona, en diferentes formas, para sacar ventajas con el líquido del Silala, que nace en territorio boliviano. La necesidad de agua para el norte chileno con más de tres millones de habitantes, hace que este país intente en principio por lo menos tener el 50% de esas aguas bolivianas. Con argucias Chile trata de sorprender a Bolivia, para seguir usufructuando esas aguas sin pagar ni un centavo desde 1908. Discute y plantea que el Silala es un “río internacional” y que debe ser de uso compartido, pese a todas las pruebas de que dichas aguas provienen de bofedales que nacen en Quetena Chico (Potosí).
Con una política tozuda ha convencido en parte al Gobierno y al canciller David Choquehuanca para instalar aparatos técnicos de hidrométrica meteorológica con la finalidad de hacer estudios conjuntos, durante cuatro años, para verificar si el Silala es o no un río internacional. Por ello en principio se pagaría sólo el 50% a partir de la firma del convenio, sin reconocer la deuda histórica de 900 millones de dólares por el uso de esas aguas desde 1908, mientras no sean hechos los mencionados estudios.
Semejantes condiciones son inaceptables y lesivas al Estado boliviano y peor cuando el tono es altisonante, como queriendo intimidar con el armamentismo chileno. Se quiere actuar como en 1904, cuando por presión de las armas Bolivia tuvo que firmar un tratado humillante y vergonzoso, que dio lugar a la cesión de territorios y pérdida del Litoral marítimo. No debemos temer a Chile porque defendemos nuestro derecho de propiedad, que es inalienable.
Hay que rechazar este convenio y denunciarlo ante organismos internacionales y como medida de soberanía se debe efectuar el desvío de las aguas del Silala. Es nuestro derecho y ratificando esta posición el Presidente y el Canciller bolivianos deben hacer la reclamación consiguiente en la Cumbre de la Unión de Naciones Suramericanas, ante el ALBA, la OEA y la ONU. Los tiempos han cambiado para que Chile intente otra agresión a Bolivia. También se habla de la posibilidad de adquirir armamento para las Fuerzas Armadas, por un monto de 100 millones de dólares, de la Unión Soviética.
No se debería definir semejante problema sólo con la opinión de una parte de Bolivia, por lo que se justifica la obligación ineludible de convocar a un Referéndum Nacional que puede realizarse junto con las elecciones de diciembre. Es necesario salvar responsabilidades. El Comité Cívico de Potosí puede reunir 35.000 firmas que se requiere para pedir la realización de este plebiscito y así dejar que el pueblo defina la posición boliviana con respecto al Silala. No hay apuro para firmar un convenio lesivo. La nueva Constitución Política en su artículo 260 fija los pasos para la consulta nacional. La ciudadanía espera que los gobernantes actúen como bolivianos patriotas, en la defensa de nuestros recursos naturales y no se incurra en el delito de traición a la Patria, que puede derivar en un juicio de responsabilidades.
Opinión / 19 razones para rechazar acuerdo del Silala
Luis Antezana Ergueta
Al parecer la negociación sobre las aguas dulces del manantial del Silala que se originan en el país, entre los Estados de Bolivia y Chile, está lista para ser firmada por los presidentes Evo
Morales y Michelle Bachelet. Ese Acuerdo se realiza con desconocimiento de la soberanía popular que no ha tenido acceso a su contenido y desconoce que el pueblo es su exclusivo propietario y no así el Estado que es su mero administrador, policía y encargado de su cuidado y defensa. El dudoso Acuerdo, preparado con el máximo secreto y a espaldas de la Nación entre las cancillerías de La Paz y Santiago, ha sido denunciado por toda la población y por lo menos, existen 20 razones para rechazar su celebración, en el siguiente orden:
1) La negociación se realiza sin que existan relaciones entre Bolivia y Chile. 2) Niega el derecho de propiedad de Bolivia sobre las aguas del Silala y reconoce a Chile la propiedad del 50 por ciento de dicho recurso natural. Así mismo, el Gobierno boliviano se apodera de un recurso natural de propiedad de la Nación y enseguida, en un nuevo delito de estelionato, procede a su venta. 3) Esa negociación es contraria en absoluto a la Constitución en vigencia y las reglas del Derecho Internacional. 4) El acuerdo intenta ser aprobado sin previa consideración del Congreso. 5) El acuerdo fue negociado en absoluto secreto y a espaldas del pueblo boliviano y desconociendo todos los antecedentes históricos.
Por si fueran poco, entre esos delitos además se encuentra los siguientes. 6) Se vende a Chile un recurso natural que es más importante que el gas, venta a la que antes se oponía. 7) No se reconoce la deuda histórica. 8) Se vende las aguas puras del manantial del Silala a precio de “gallina muerta”, a razón de 8.000 dólares al día, después que el canciller Choquehuanca anunció que el precio sería de 17.000 dólares al día, falsedad ideológica de sanción penal. 9) La rebaja de 11.000 dólares al precio inicial constituye un grave daño económico a la Nación y al Estado. 10) Se trata de un acto de complicidad con el enemigo, considerado como traición a la Patria.
Otros aspectos que obligan a rechazar el Acuerdo son: 11) Chile no está pagando el 50 por ciento de las aguas bolivianas que recibe, sino está pagando menos del 10 por ciento. 12) Este es un acto de entreguismo que se realiza con conocimiento de causa. 13) Para su aprobación no se ha consultado al pueblo boliviano que en su totalidad es el propietario de ese recurso natural no renovable. 14) Se trata de un Acuerdo leonino, peor que los tratados de Melgarejo y Montes de 1866 y 1904.
Así mismo, como causas fundamentales para rechazar ese Acuerdo se tiene: 15) En la negociación no se toma en cuenta problemas pendientes con Chile, como ser la cuestión de la reivindicación marítima, el asunto de las aguas del Lauca y muchos otros. 16) Con las aguas del Silala, Chile gana más de 100.000 dólares al día y nos quiere pagar sólo 8.000, precio que no corresponde ni al 10 por ciento anunciado. 17) El agua del Silala es de propiedad exclusiva de Bolivia. Se origina en bofedales y no es un río. 18) Vender recursos al enemigo constituye un acto de complicidad, considerado como alta traición a la Patria. 19) Por parte de la Cancillería boliviana se anota que sus delegados negociaron el Acuerdo con absoluta ignorancia de la realidad y estuvieron a merced de la perfidia de los funcionarios chilenos, de donde se deduce que en el negociado hay “gato encerrado”.
El partido que actualmente gobierna Bolivia basó su programa político en la defensa de los recursos naturales y por ese motivo recibió el apoyo del pueblo boliviano. Pese a ese solemne ofrecimiento, ahora es el primero en echarlo al basurero, confirmando así su doble discurso. En todo caso, es de esperar que el Congreso rechace dicho Acuerdo y así mismo sea cancelado por el Presidente de la Nación boliviana, rechazando los regalitos que le entregaron agentes del Mapocho. Se debe considerar que una vez firmado el Acuerdo será muy difícil anularlo o revisarlo, lo cual podría dar origen a un estado de guerra con el país vecino, en la misma forma que ocurrió con los tratados de 1868 y 1904. Dejemos de ser colonia de Chile.
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