El Icda de la Universidad Católica de Córdoba (UCC) está llevando a cabo un programa de capacitación sobre la problemática del saneamiento hídrico en el Valle de Punilla. La intención de la casa de altos estudios es formar a más de 40 técnicos de municipios y organizaciones civiles en la protección del agua.
La capacitación se realiza en el marco de un acuerdo entre la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Caecid) y el Icda.
Los recursos hídricos en la región de Punilla son de vital importancia para la ciudad de Córdoba. Del dique San Roque se obtiene el agua que, luego de ser potabilizada, cubre el 70 por ciento del consumo capitalino.
Las primeras clases del programa, que se desarrollaron entre el viernes y ayer, estuvieron a cargo del español Rafael Acuña Castillo.
El hombre forma parte de la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía, y estuvo encargado de contar la experiencia en esa región de España en la recuperación y cuidado de los recursos hídricos.
Según el especialista, el panorama en que se encontraban las fuentes de agua hace 20 años en Andalucía, era similar al que presentan hoy esos recursos en la provincia de Córdoba: estaban contaminados por el mal tratamiento de los efluentes cloacales y por los volcamientos clandestinos, acompañados de un control casi inexistente.
"Primero se estableció una política que vino desde el Gobierno nacional y de la Junta de Andalucía: se dictaron leyes dirigidas a una fuerte protección del medio ambiente", subrayó Acuña Castillo.
A partir de esa voluntad política, y con la financiación de la Unión Europea, se empezaron a materializar una serie de obras de infraestructura destinadas al saneamiento. Y además, se comenzaron a aplicar fuertes multas a quienes contaminaran, que también tienen la responsabilidad de reparar el daño causado.
"Eso estuvo acompañado de una campaña de sensibilización ambiental a la población, pero enfocada principalmente en los niños", agregó el especialista.

La clave del consumo.
Otra de las claves para el cuidado de los recursos hídricos es la restricción en el consumo. Hoy, en Córdoba se consumen 400 litros por día por habitante, mientras que en Andalucía esa cifra se redujo casi a la mitad.
"Se aplicaron fuertes restricciones al consumo indiscriminado, por ejemplo en el riego. Si esa actividad se hacía con agua potable, se sancionaba fuertemente", comentó Acuña Castillo.
Esas restricciones se acompañaron de una importante campaña de sensibilización. Y la gente lo entendió.
Además, se colocaron medidores de agua, que determinan un cargo por consumo que se multiplica geométricamente según la cantidad de metros cúbicos que se utilicen.
Por otra parte, se protegió las fuentes de agua de consumo, prohibiendo el uso recreativo o de navegación.
Impacto en la salud. Todas esas medidas repercutieron directamente en los índices de salud de la población, reduciendo los índices de mortalidad y morbilidad.
"Prácticamente desaparecieron las enfermedades gastrointestinales, como la hepatitis o el cólera, que están directamente relacionadas con el agua. Eso repercutió de buena manera en la Salud", finalizó Acuña Castillo.

Rafael Acuña Castillo
Título. Es doctor en Farmacia y licenciado en Ciencias Químicas, egresado de la Universidad de Granada.
Actividad. Es técnico de Salud Ambiental del distrito sanitario metropolitano de Granada. También forma parte del Servicio Andaluz de Salud y de la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía.
Especialista. En Córdoba disertó sobre sus especialidades: la incidencia en la salud del saneamiento hídrico, las actividades contaminantes del agua, los métodos de lucha contra la contaminación y sistemas de información y registro.