Durante los últimos 45 días, la producción de agua potable para esta ciudad disminuyó un 30 por ciento, de acuerdo a lo que informó la Dirección de Saneamiento de la Municipalidad de Jesús María. Para evitar una eventual crisis hídrica, el municipio anunció que sancionará a quienes derrochen el vital elemento.
La principal preocupación es que marzo no aportó a las napas el caudal de agua que habitualmente realiza, sumado al espectro de crisis hídrica que se manifiesta en las Sierras Chicas y en varias localidades de Punilla. Ese mes se caracteriza por buenas precipitaciones, algo que no sucedió este año.
Como la intención es evitar la declaración de una emergencia hídrica -la última data de 2003 en esta ciudad- inspectores del área de saneamiento multarán el derroche de agua potable. Hasta el momento, el municipio sólo labró actas de infracción pero no sancionó con multa a los infractores a la normativa.
Faltas frecuentes.
Las faltas más frecuentes que viene detectando la Municipalidad son: uso de mangueras y limpieza de veredas en días no permitidos. Pero también está prohibido el derrame de agua servida, el desagote de piletas y de lavarropas, el lavado de autos en la vía pública y el riego de jardines con molinetes.
Los montos de las infracciones van desde los 50 a los 150 pesos, según la gravedad de la falta cometida.
En la actualidad, la planta de captación número uno está trabajando al 50 por ciento de su capacidad y la número dos al 100 por ciento.
A principios de setiembre podría habilitarse una nueva cisterna que mejorará la capacidad de almacenamiento en un 50 por ciento, pero hasta entonces la orden es restringir el uso y multar el derroche.
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