En la laguna de Cajititlán, el embalse más grande de la Zona Conurbada de Guadalajara (ZCG), miles de pequeños peces muertos flotaron en masa el fin de semana, los cuales tuvieron que ser recogidos por los pescadores para enterrarlos en un pozo y así evitar un mayor daño ambiental.
Los animales, de las especies pintita y mojarra blanca, murieron aparentemente por falta de oxígeno en el agua; aunque para los ribereños, el fondo del problema está en la falta de políticas públicas que frenen la contaminación de residuos sólidos y el arrastre de agroquímicos de los cerros que rodean la laguna.
Las dependencias señaladas son la Secretaría de Agricultura, el Departamento de Acuacultura y Pesca de la entidad y la Comisión Estatal del Agua (CEA).
Los pescadores de la región, debido al deterioro de la laguna, han tenido que diversificar su oficio en tareas como albañilería, el campo y la venta de fruta o dulces para lograr el sustento de sus familias.
La laguna de Cajititlán, en el municipio de Tlajomulco de Zúñiga, es uno de los humedales que junto con el lago de Chapala regulan el clima de la metrópoli.
Hartos de la situación, los pescadores de las cinco comunidades ribereñas tomaron las instalaciones del CEA en agosto del año pasado para exigir el saneamiento de la laguna, ya que las aguas negras vertidas ponían en riesgo la actividad pesquera.
Luego de varias movilizaciones se logró la promesa para que se construyera una planta de tratamiento, para la cual el Congreso local etiquetó 764 millones de pesos. Con el recurso se dotaría de maquinaria al municipio para dragar los canales de aguas negras y permitir que fluyera el líquido limpio hacia la laguna. Además se estableció un monto de 12 millones 500 mil pesos para subsanar los perjuicios generados a los pescadores por la contaminación.
Pese a las promesas de que estaría lista en junio pasado, la planta, según la CEA, lleva un avance de 65% y quedará terminada en noviembre próximo. No obstante, la superficie de la laguna de Cajititlán amaneció el domingo pasado llena peces color blanco.
“El viernes cayó una tormenta y las corrientes arrastraron herbicidas”, explicó Martín Morales Órnelas, presidente de la Unión de Pescadores de Cajititlán.