Graciela Gerola no se hizo cargo. La actual titular de la Agencia de Protección Ambiental de la ciudad de Buenos Aires y ex Ceamse, fue a la Comisión de Ecología de la legislatura porteña a explicarles a los diputados porque no se está haciendo lo que la justicia ordenó que se haga en la Cuenca Matanza-Riachuelo. Claro, fue más fácil echarles todo el fardo a sus socios de la Nación y de la Provincia de Buenos Aires.
Insistió, eso sí, que el Riachuelo será de “uso pasivo”, lo que en buen criollo significa que la podredumbre podrá seguir tranquilamente deslizándose por ese curso de desechos industriales y de los otros, pero los vecinos tendrán una hermosa costanera para ver el espectáculo.
Gerola, quien firmó de puño y letra ese desaguisado que es la Resolución 3 de la Acumar –como varias veces dijimos desde este medio, un auténtico manual para el buen contaminador- mintió al decir que el objetivo a mediano plazo era que el Riachuelo no tenga contaminación ni olor. Para que eso suceda, deberá rescribir ese horroroso documento. Algo reconoció: el agua de ninguna manera va a ser potable.
También tuvo otro gesto de sinceridad al decir que los integrantes de la Acumar quieren que el comité funcione. O sea, el comité no funciona. A buen entendedor.
"El crédito del Banco Mundial que pidió Nación va a ser muy importante. Acerca de la contaminación debo decir, que todo lo que se pueda comentar sobre este tema, nada es verdad porque para tener valores hay que realizar monitoreos continuos, algo que no se está haciendo y se empezarán a aplicar con el crédito", destacó mas adelante la funcionaria.
Claro que nada es verdad. De ese dinero, ya 700 millones estarán en manos del todopoderoso Ministro de Planificación, Julio De Vido. De paso, Gerola aprovecho para tirarle una patadita a sus socios de la Acumar al decir que sólo la ciudad tiene una red de monitoreo. Magnánima, la ex funcionaria del Ceamse extendió su brazo generoso y ofreció a sus incumplidores colegas “nuestras redes para las mediciones".
Gerola no cree en metas, a ver si le pasa como a María Julia Alzogaray y promete lo imposible. “Lo peor que nos puede pasar es plantearnos metas que no podamos cumplir", se atajó.
No iban a acorralarla. Ante la consulta de los diputados sobre cuestiones tan sensibles como las villas que están a los bordes del Riachuelo, el relevamiento de las enfermedades de la gente que habita la zona y el presupuesto que maneja la Acumar, todos temas que no supo o no quiso responder el secretario de Ambiente y Desarrollo Sustentable, Homero Bibiloni, ante los miembros del Cuerpo Colegiado, Gerola contraatacó con lo que más sabe: pidió más dinero para la Cuenca.
A su lado, los funcionarios del Ministerio de Desarrollo Urbano en representación del Ministro, Daniel Chaín, respiraron tranquilos, algo que no pueden hacer los habitantes de la Cuenca.