A pesar de que Santa Fe todavía padece las consecuencias de una larga sequía, las inundaciones de los últimos años y la mayor frecuencia de eventos extremos —en este caso, tormentas y lluvias intensas— están cuestionando los criterios tradicionales para determinar el tamaño y las características técnicas de los puentes, represas y hasta del sistema de alcantarillas públicas.
Por eso, esta semana en la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas (Fich) se está realizando el “Taller para determinar crecidas de diseño en sistemas climáticos cambiantes”, que reúne a más de 40 ingenieros, climatólogos e hidrólogos. Carlos Paoli, director del Centro Regional Litoral (INA), y Guillermo Malinow, representante del Comité Argentino de Presas (CAP) son los coordinadores de este evento científico, que organizan el Instituto Nacional del Agua (INA), la Fich (UNL) y el CAP.
El objetivo es dar el primer paso para consensuar un conjunto de recomendaciones que se puedan utilizar para planificar el desarrollo de la infraestructura hídrica y que también sean una herramienta para analizar la seguridad de las obras que se hicieron en el pasado, en el marco de este nuevo contexto climático.
En diálogo con El Litoral, Paoli y Malinow coinciden en que el clima ha dejado de ser estacionario y pasó a ser cambiante. En este punto, los dos especialistas recuerdan que la comunidad científica todavía está debatiendo los paradigmas de variabilidad o cambio climático. La diferencia es que el primero plantea una etapa transitoria y el segundo una tendencia permanente de calentamiento global (relacionada con el aumento del efecto invernadero).
Por esta razón, es probable que las estadísticas del clima pasado —que suelen utilizarse para definir obras hidráulicas— ya no sean confiables para determinar los escenarios futuros, en los que se espera una mayor recurrencia e intensidad de las precipitaciones intensas y de las sequías severas.
“Es un escenario climático muy complejo para definir obras hídricas —reconoce Paoli—; por eso nos pareció muy relevante juntarnos para analizarlo”. Malinow agrega que la determinación de estas obras tiene un fuerte impacto en los recursos del Estado. “Hay que estudiar con responsabilidad cuánto ajustamos las dimensiones de los puentes y las presas, porque son fondos que también se necesitan en los hospitales y en las escuelas”, plantea este ingeniero.
En la inauguración del taller, que se realizó ayer, Mario Schreider (decano de la Fich) afirmó que este encuentro es la mejor manera para superar “las versiones fragmentadas y sectoriales que tanto mal nos han hecho”.

El taller
Los especialistas que vinieron a Santa Fe están aportando información sobre la investigación de tendencias o evidencias de cambios en los sistemas climáticos de las diferentes regiones de la Argentina. Por ejemplo, ayer se comentaron los cambios en la serie de caudales en los ríos de la Región Litoral y su incidencia en las crecidas de diseño. También las tendencias en los escurrimientos de los cauces que provienen de la cordillera o de las zonas serranas.
Vicente Barros disertó sobre los últimos reportes del Panel Intergubernamental de Cambio Climático. Juan Boris y Dora Goniadzki explicaron las perspectivas de crecidas para los próximos años. Y el mexicano Aldo Ramírez (Unesco) se ocupó de la seguridad hidrológica de las presas, tema que también fue analizado en la Argentina por Malinow.
En otras conferencias se abordaron las crecidas en el Gran Rosario y los manuales para diseñar puentes y alcantarillas. Durante la jornada de hoy, los especialistas van a analizar esta información y van a debatir la vigencia de los criterios y procedimientos para la determinación de obras hidráulicas de infraestructura.