Frente a la grave y crítica situación del servicio público en La Ciudad Blanca, el Sindicato del Personal de Obras Sanitarias de Entre Ríos participó de una charla sobre el uso racional del vital suministro.
El secretario general Rubén Palacio remarcó la necesidad de “encarar una estrategia integral, que abarque la construcción de la nueva planta potabilizadora, inversión en redes y cambio de cañerías, acompañada por una estructura operativa y administrativa ágil y eficiente, que permita dar respuestas inmediatas a problemas complejos”.
Las cañerías obstruidas, la incobrabilidad del servicio, la falta de medidores y el alto derroche, sumados a la bajante del río, provocaron un colapso del sistema de pozos semi-surgentes en Diamante. Por ello, la Municipalidad decretó en julio “la emergencia del servicio de agua potable”.
Ante la situación de esa comunidad, el Sindicato del Personal de Obras Sanitarias de Entre Ríos (SPOSER) participó de una charla sobre medidas de acción para el uso racional del suministro y una adecuada gestión del servicio público, realizada en la Biblioteca Popular de esa localidad. Además, solicitó una audiencia con el intendente Juan Carlos Darrichón.
El secretario general Rubén Palacio remarcó que la entidad gremial “está comprometida con la situación laboral y salarial de los trabajadores sanitaristas, y también con la calidad de la prestación del servicio en toda la provincia”.
Por ello planteó la necesidad de aplicar una batería de medidas “insertas en un plan integral”. Así, sostuvo que la construcción de una nueva planta potabilizadora –anunciada en marzo por el gobernador Sergio Urribarri– no es la única solución a los problemas actuales”, ya que se apoyó en la realidad de Paraná, en que el proceso de deterioro y rotura de cañerías se aceleró y llega al triple de años atrás, por ser obsoletas y porque no soportan la mayor presión”, apuntó.
“Hace falta inversión en las redes de distribución”, añadió
A la par de ello, el dirigente señaló como otros aspectos ineludibles para un salto de calidad del servicio, la instalación de medidores –política que en forma progresiva se aplica en todo el país– y fundamentalmente, la capacitación del personal de Obras Sanitarias.
Finalmente, desde el sindicato se planteó la necesidad de que en los programas de estudios de todos los niveles educativos, se incorpore la promoción de la cultura del ahorro y aprovechamiento del agua.
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