Ayer, los bomberos debieron abatir ocho incendios de espacios verdes en el área metropolitana de Santa Fe. El promedio se sostiene día a día: “Tenemos entre 8 y 10 salidas diarias”, reconoció el comisario mayor Oscar Mirón, jefe de la Agrupación Bomberos de la URI.
Tras varios meses de tranquilidad, la mayor actividad comenzó a producirse en julio, cuando en todo el mes las autobombas asistieron 110 focos ígneos. Las quemas abarcan todo tipo de espacios verdes: pastizales, cavas, campos, cañaverales, yuyos y malezas. Sin embargo, julio no tuvo el récord del año: en enero las salidas sumaron 158. Y en el Cuerpo de Bomberos se juegan a que agosto superará ampliamente esa marca: en 12 días, ya apagaron 53 incendios.
El horario pico de trabajo es amplio: se da entre las 14 y las 21. “A la mañana y durante la noche todo se tranquiliza”, reconoció Mirón.
Se rompen las autobombas
El cuerpo de bomberos de la URI atiende las necesidades de la ciudad de Santa Fe, incluyendo Santo Tomé y Sauce Viejo. Cuenta con 5 autobombas, dos en el cuartel general ubicado en 9 de Julio al 2400; dos en Santo Tomé; y una en la zona norte. “Las autobombas no dan abasto, están saliendo constantemente y se nos rompen”. Cada una tiene una capacidad portante de entre 4 y 5 mil litros de agua, lo suficiente para apagar un incendio en un terreno de 50 x 50 metros. En el caso de que el espacio verde sea mayor -un campo, por ejemplo- deben ir hacia las tomas de agua ubicadas en el punto de la ciudad más cercano al lugar del siniestro. “Esto es un desgaste grande para los coches porque vamos y venimos varias veces para reabastecerlos con agua”.
La sequía es determinante
Los factores climáticos influyen decididamente en el incremento de casos. La sequía que impera en la región es sin dudas el factor determinante, y los vientos -aunque sean leves- propician una rápida propagación del fuego. A esto debe sumarse la actitud despreocupada de los vecinos y la falta de conciencia de los daños que pueden ocasionar al quemar malezas sin control.
“Mucha gente desmaleza su terreno y luego prende fuego a todo lo que desecha”, relató el jefe de los bomberos. “Es importante que ejerzan cierto control sobre el fuego porque por el viento y la sequía se propaga en sólo 5 minutos”.
Y brindó algunas recomendaciones. “Se debe tener cuidado y no alejarse del lugar hasta que se apague. Tienen que tener preparado un balde con agua para apagarlo enseguida si empieza a propagarse. Los automovilistas que circulan por las rutas no deben arrojar colillas de cigarrillo encendidas porque por la sequía el fuego prende enseguida”.
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