LA CERCANIA del verano aumenta las expectativas y las preocupaciones de los usuarios del servicio de agua corriente de Punta Alta y Bahía Blanca, dadas las situaciones que se viven desde hace cierto tiempo, a raíz de la pronunciada merma en el nivel del dique Paso de las Piedras, consecuencia directa de la impresionante sequía que abarca una amplia región circundante. Si bien los pronósticos meteorológicos son portadores de algunos anticipos esperanzadores, en cuanto a que las precipitaciones podrían recobrar su magnitud acostumbrada apenas se inicie la primavera, ello no obsta para que se siga observando con alarma el desarrollo de los acontecimientos.
DESDE hace algunos años, los entendidos vienen advirtiendo que no se ha actuado con la previsión suficiente a los efectos de asegurar fuentes alternativas o complementarias que permitieran cubrir eventuales emergencias. Inclusive, en incontables oportunidades (sobre todo, cuando el dique contaba con agua en cantidad suficiente), se recomendó encarar la construcción de un segundo acueducto, a fin de responder sin trabas ante cualquier rotura o desperfecto que pudiera ocurrir en el original, próximo a cumplir cuatro décadas; vale decir, la antigüedad que tiene el complejo, considerado, en su momento, la mayor obra pública que jamás encarara el gobierno de la provincia de Buenos Aires.
SIN EMBARGO, es prácticamente nulo lo realizado hasta el presente. De manera tal que las actuales limitaciones no llaman la atención. Es la consecuencia de no haber operado con anticipación en asegurar la disponibilidad de refuerzos.
EN ESTOS días, se han acentuado los reclamos de usuarios locales ante los padecimientos que deben afrontar por la respuesta silenciosa de las canillas. Experiencia que recuerda la de décadas pasadas, cuando era preciso acumular agua durante la noche y la madrugada, en todos los recipientes de que pudiera disponerse, para satisfacer necesidades elementales de la vida doméstica. Los vecinos que debieron enfrentarse a aquellas contingencias suponían, con ilusión, que no se repetirían. Pero la realidad actual es diferente.
CON LA perforación de pozos en terrenos cercanos a la ruta provincial 51, las autoridades procuran conseguir un refuerzo del orden del 20 por ciento que, en caso de concretarse en todos sus alcances, supondría una considerable mejora frente a la crisis. Las primeras seis perforaciones efectuadas en el Bajo San José serán complementadas con otras nueve en el sector próximo a los siete puentes.
EL PRESIDENTE del Concejo Deliberante acaba de manifestar su crítica por la falta de previsión observada a lo largo de los años, actitud cuyo costo debe afrontarse hoy. Como si ello fuera poco, los bahienses insistimos en el despropósito de consumir alrededor de 600 metros cúbicos diarios por persona, cifra que duplica los índices internacionales y representa, por lo tanto, una demostración del despilfarro que hacemos de un líquido esencial para la vida diaria. Además de la necesidad de mejorar el servicio con la suficiente antelación (cabe esperar que la experiencia no se repita), es imprescindible que todos comprendamos que un derroche de semejante magnitud también contribuye a la escasez que estamos soportando.
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