A medianoche del 26 de mayo, cuando el ciclón Alia azotó la bahía de Bengala, más de un 80% de las frágiles viviendas de la región resultaron destruidas. Empujadas por la tormenta, las aguas desbordaron los centenarios terraplenes de contención y anegaron y destruyeron los sembrados de arroz, además de obligar a las familias a buscar refugio en terrenos más elevados.
"Huimos corriendo y sólo pudimos llevarnos nuestras pertenencias más esenciales", explica un aldeano que huyó de la tormenta junto a su familia. "Estábamos muy asustados. Debido a que sentíamos que el viento nos doblegaba, nos deshicimos de la mayor parte de los artículos que traíamos para poder sostener y proteger a nuestros niños".
"Fue terrible", agrega. "En apenas 15 minutos todo quedó inundado. Las aguas nos llegaban hasta el cuello".
Debido a la carencia de recursos humanos y de instrucciones sobre cómo hacer frente al desastre, los centros sanitarios locales no fueron capaces de dar respuesta a la situación. Además, como en esos establecimientos y en los campamentos sanitarios los mecanismos de vigilancia de las enfermedades eran inadecuados, resultó difícil descubrir y contener rápidamente los brotes de enfermedades.
Vidas en peligro
Desde que se produjo el ciclón, el Gobierno ha informado acerca de 100.000 casos de diarrea, de los cuales 31 fueron fatales.
La diarrea acuosa grave no sólo causa vómitos y dolores de estómago, sino que también es potencialmente letal. Cuando los pacientes no reciben tratamiento pueden perder hasta un litro de agua por hora. Los pacientes gravemente deshidratados empiezan a correr peligro de muerte seis horas después de la aparición de los síntomas iniciales.
Los centros sanitarios, generalmente saturados, carecen de capacidad para establecer ámbitos seguros e higiénicos que garanticen el bienestar de los pacientes, sus familiares y el personal médico. Debido a las condiciones inadecuadas en materia de higiene y saneamiento, las personas son más susceptibles a contraer enfermedades diarreicas. Ese es un problema que es necesario resolver para reducir las infecciones.
Ayudar a los más vulnerables
En esas circunstancias, los niños, niñas y mujeres quedan en una situación especialmente vulnerable.
"Además, ahora han comenzado a aparecer casos de cólera en niños y niñas menores de cinco años, lo que complica aún más nuestras labores", afirma el Dr. G.B Nair, Director del Instituto nacional del cólera y las enfermedades intestinales, conocido como NICED por sus iniciales en inglés. Según Kaninika Mitra, Especialista en Cuestiones de la Salud de la Oficina de UNICEF en La India, unos 900 integrantes del personal médico y paramédico han recibido capacitación sobre la gestión de la diarrea y los procedimientos de desinfección.
En alianza con National Rural Health Mission, el NICED y un programa integrado de vigilancia de las enfermedades, UNICEF colabora en pro del mejoramiento de los protocolos de suministro de antibióticos y de la intensificación de la vigilancia epidemiológica y las labores de lucha contra la diarrea.
Esfuerzos sostenibles
UNICEF y NICED han brindado a 50 médicos del Colegio Médico de Calcuta capacitación sobre la atención individualizada de la salud, y directrices sobre la desinfección y la purificación y potabilización del agua. Hasta la fecha, en los centros sanitarios y las comunidades de la región trabajan 300 equipos médicos gubernamentales.
Shyam Dave, Especialista en Agua y Saneamiento de UNICEF, informa que más de 50 ingenieros del Departamento de Ingeniería de la Salud Pública han recibido instrucción acerca de los métodos adecuados de desinfección de los pozos. Asimismo, se ha distribuido cloro en polvo en las comunidades afectadas, con el propósito de prevenir la propagación de la diarrea.
"Debemos realizar esfuerzos sostenibles en las comunidades y los establecimientos sanitarios para dar apoyo a los niños, niñas y mujeres que viven en las islas de los ríos de la región, con el fin de que puedan defenderse del cólera y de las enfermedades diarreicas agudas", afirma el Dr. Henri van den Hombergh, Jefe de Salud de la Oficina de UNICEF en La India. "Se trata de una batalla que podemos ganar".
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