Asia necesita mejorar el riego e introducir una reforma en su gestión del agua para cubrir las necesidades de la población en crecimiento en las próximas décadas, señala un estudio dado a conocer hoy. Se espera que hasta el 2050, la población en Asia aumente hasta los 1.500 millones de habitantes, detalló DPA.
Sin las reformas necesarias, muchas naciones asiáticas "se enfrentan a la perspectiva políticamente riesgosa de tener que importar más de un cuarto del arroz, trigo y maíz que necesitarán en 2050", señalaron en un informe conjunto el Instituto Internacional de Manejo del Agua (IWMI) y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
"Se espera que la demanda de alimentos se duplique hasta el 2050. Si deben basarse en el comercio para cumplir con una gran parte de esta demanda, eso impondrá una enorme y políticamente insostenible carga sobre las economías de muchos países en desarrollo", dijo el director general del IWMI, Colin Chartres, en un comunicado.
"La mejor apuesta para Asia se basa en revitalizar sus vastos sistemas de irrigación, que representan un 70 por ciento del territorio irrigado en todo el mundo", agregó.
El estudio fue presentado en el marco de la Semana Mundial del Agua, en la que representantes de más de 130 países se reúnen desde el lunes en Estocolmo.
Más de 2.000 investigadores, políticos y empresarios, entre otros, asistirán a las reuniones y seminarios previstos para esta Semana del Agua.
Entre los oradores figura Bindeshwar Pathak, fundador del Movimiento de Saneamiento Sulabh en India y ganador del Premio del Agua de Estocolmo 2009.
Pathak recibirá en una ceremonia el premio de 150.000 dólares por haber inventado un sistema de retrete barato, compatible con el medio ambiente y "culturalmente aceptable" para barrios pobres y lugares abiertos.
Además de ser muy higiénico, permite el aprovechamiento de los excrementos como biogas, para calefacción, cocinar y generar electricidad. Este sistema es usado en más de 1,2 millones de viviendas y edificios.
El Premio del Agua de Estocolmo fue creado en 1990 para reconocer logros en ciencias hídricas, manejo del agua y conciencia hídrica, entre otros.
Los temas de la conferencia abarcan desde la salud al clima, así como desde el conflicto a la cooperación.
La relación entre el agua y cambio climático aumentó en importancia en gran parte a la luz de los esfuerzos para elaborar un nuevo acuerdo mundial para la reducción de la emisión de gases de efecto invernadero, que deberá ser aprobado durante la Conferencia de la ONU sobre el Cambio Climático, a celebrarse en diciembre en Copenhague.
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