El director del prestigioso centro de investigación estadounidense Byrd Polar Research busca coordinar investigaciones con los científicos uruguayos que estudian el deshielo en la isla King George, una de las zonas de la Antártida donde más se han notado las consecuencias del aumento de la temperatura en los últimos 50 años. El experto afirma que se desconoce mucho sobre la dinámica de los glaciares, pese a que su deshielo impactaría fuertemente en las poblaciones, infraestructura y recursos hídricos de amplios sectores en todo el mundo. Los cambios son lentos pero ya están en proceso, y los pronósticos coinciden en su profundización.
-¿Qué motivó su visita a Uruguay?
-Como científico especialista en la Antártida, vine a encontrarme con los equipos de investigación de la Facultad de Ciencias y del Instituto Antártico Uruguayo, con el objetivo de sentar las bases para la colaboración en programas científicos en Antártida, no sólo conmigo, también con otros científicos de Estados Unidos.
-¿Cuál es la importancia de los estudios que se realizan en la Antártida?
-El derretimiento de ese hielo va a cambiar el mundo. Ese hielo va a ir de los cascos polares a los océanos, a incrementar el nivel del mar. Por eso, el conocimiento de cuán rápido y en cuanta extensión está pasando nos va a permitir predecir con más precisión el crecimiento del nivel del mar. Los modelos del IPCC (Panel Intergubernamental de expertos sobre Cambio Climático) sólo predicen un aumento de quizás medio metro en el nivel del mar para los próximos 100 años. Pero esos modelos están basados en lo que sabemos de glaciares, y realmente no sabemos mucho sobre la dinámica de deshielo de estos glaciares. Si van a empezar a derretirse extremadamente rápido, puede ser más de medio metro. Entender cómo están respondiendo a los cambios en la temperatura es muy importante para ajustar estos modelos y predecir el crecimiento del nivel del mar, que es un asunto global.
-¿Qué cambios ya están sucediendo en la Antártida?
-El calentamiento global está impactando en glaciares y hielos en todo el mundo. No sólo en la Antártida; hay grandes pérdidas de hielo en el Ártico, en los glaciares en lugares como los Himalayas, los Andes y los Alpes. En la última década o dos empezamos a ver pérdida de hielo en Groenlandia. Lo que sabemos de la Antártida no es tan preciso. Hay personas que sostienen que puede haber derretimiento en la parte Oeste, no aún en la Este, pero todavía no está completamente claro. Pero claramente en el Ártico y en los lugares elevados los glaciares se están derritiendo a ritmos muy altos.
-¿Cuáles son las consecuencias de estos deshielos?
-Hay un impacto en los propios ecosistemas, y yo creo que eso tiene un valor en sí mismo. Pero para el planeta, creo que el mayor impacto del calentamiento es que va a subir el nivel del mar, globalmente. Eso va a impactar en las regiones costeras, y a aumentar las inundaciones, en todo el mundo. Otro de los problemas, particularmente en lugares como los Andes y en algunas partes de China, es que el agua de deshielo se usa como recurso para las poblaciones, por lo que a largo plazo hay que pensar qué va a pasar con las reservas de agua en estas zonas. Son millones de personas, en China, Bolivia, Perú… Tenemos un grupo en Ohio tratando de comprender los impactos sociales de la pérdida de estas reservas de agua. Va a haber impactos, no enseguida, pero sí, seguro, en los próximos 100 años.
-¿Cómo se sentirían esos impactos en Uruguay?
-Probablemente, lo más significativo para Uruguay es el aumento del nivel del mar. ¿Qué parte de la población uruguaya vive en Montevideo, o en la costa? Y el aumento del nivel del mar va a implicar gente que hay que trasladar, infraestructura afectada… La gente está empezando a pensar en cuánto dinero va a costar y el impacto social que va a tener. Y sumado a eso, los impactos en las precipitaciones: lloverá más en unos lugares y menos en otros.
-¿Cuáles son los pronósticos?
-Si miras los modelos climáticos que han sido generados globalmente, todos predicen que va a subir la temperatura, también en la Antártida, aunque no esté claro cuánto va a subir. Si eso es lo que pasa, estos ecosistemas van a cambiar dramáticamente, porque responden muy rápidamente a pequeñas variaciones de la temperatura. La región peninsular, la parte que se proyecta hacia Sudamérica, está más caliente desde hace un tiempo, hay datos desde los 1950 que sugieren que la zona está calentándose y vemos drásticos cambios en los ecosistemas debido a ello. En algunas partes de Antártida, el calentamiento ya está corriendo. En otras partes no lo vemos acelerado todavía, pero las predicciones dicen que en los 50 años próximos ya estarán recibiendo impactos. Ahora, la mayoría del derretimiento se está dando en el área de la península, donde Uruguay está estudiándolo, en la isla King George.
-¿Qué posibilidades encontró de colaboración científica con Uruguay?
-Hablé con varios científicos uruguayos que trabajan en Antártida y creo que estamos trabajando en problemas similares: entender cómo los organismos se adaptan al frío, cómo los ecosistemas responden al cambio climático, estudiar el crecimiento del nivel del mar. Hay mucho en común.
Cuando el clima afecta al petróleo
Estados Unidos encabeza la lista de emisiones de gases causantes del calentamiento global per cápita. "Creo que la mayoría de la comunidad científica en Estados Unidos lo entiende como un problema serio, y entiende las consecuencias potenciales. Políticamente, no hemos actuado hasta ahora, pero ciertamente hay un mayor interés en hacer algo", consideró Lyons. En el hemisferio Norte, una de las principales evidencias del calentamiento es la pérdida de hielo marino en el océano Ártico. "Ha bajado muy rápidamente en los últimos 20 años. Va a llegar un momento en el que la mayoría de ese hielo se perderá durante el verano y eso impactará en la extracción de petróleo, en el transporte de barcos de Asia a Europa… La gente está empezando a entender cuáles van a ser los impactos económicos y políticos", señaló.
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