Y van seis desde que los vecinos de esa calle, que viven entre calles Corrientes y Gendarme Romero, quedaron cercados por montículos de tierra, pozos profundos, cloacas abiertas, agua estancada y maloliente, mallas plásticas, barro y basura.
El motivo del retraso en los trabajos tuvo que ver con varias modificaciones imprevistas que surgieron durante el trascurso de la obra y algunas roturas de caños. Hace dos años, los frentistas del primer tramo del trabajo (desde calle Santa María de Oro hasta Meglioli, inaugurado en diciembre del año pasado) pasaron por la misma situación, por lo que se quejaron ante el municipio de Rivadavia. Este luego les dio una eximición de impuestos mientras duró la obra por las molestias ocasionadas. Los vecinos de este segundo tramo en ejecución, cansados de vivir en esas condiciones, le contaron a este diario cómo es convivir con esta obra retrasada.
1 Caos en el tránsito
Desde calle Corrientes hasta Romero sólo está habilitada la mitad Sur de la calzada de Libertador. Por esa media calle pasan líneas de colectivos, ambulancias del hospital M. Quiroga y vehículos de toda clase a velocidades que no bajan de los 40 km/h, a pesar de los carteles que anuncian una máxima de 20 km/h. "Los motociclistas y ciclistas pasan por las veredas, pero no podemos decirles nada porque la calle está peligrosa", dijo un frentista. A metros del cruce ubicado antes de calle Romero, que permite cruzar de una calzada a la otra, ya han ocurrido varios accidentes por el revuelo que generan los vehículos.
2 Menos ventas en comercios
Desde que la obra comenzó en el lugar, hace ya seis meses, los comerciantes del lado izquierdo de la avenida (de Este a Oeste) dicen que han perdido más de la mitad de su clientela. "Tengo una veterinaria y muchos de los que vienen no quieren volver cuando ven este desastre. Además es complicado atender las urgencias porque hay que caminar con el animal varios metros (para rodear el vallado y los pozos) para llegar", dijo Darío Vargas. A Eduardo Cirerol le pasó algo similar, por lo que tuvo que cerrar su panadería (foto). Roberto Lagos también aseguró que en su negocio polirrubro vende un 50 por ciento menos.
3 Suciedad, barro y agua estancada
Los pozos para instalar la nueva cañería y pavimentar se hicieron en un tramo de más de un kilómetro. En la zona más afectada, 100 metros antes de calle Romero, el trabajo empezó en febrero. Según aseguran los vecinos, ya sea por caños rotos o por problemas con la empresa contratada, no hay avances. "A veces vienen a trabajar 3 personas y nada más", dijo Cirerol. Y mientras dura la espera, la paciencia se les agota. No tienen dónde dejar sus vehículos, que quedan en la calle sin cuidado. Tampoco tienen acequias (se las rompieron para hacer unas nuevas) y se inunda todo cada vez que largan el agua de riego.
4 Focos de infección
La mayor preocupación de los vecinos tiene que ver con 3 bocas de cloacas que están en la calle en vías de pavimentación, a metros de calle Romero, y están totalmente abiertas. No hay ninguna tapa que impida una caída de dos metros hacia las aguas servidas. Esto sin contar con la contaminación que genera, ya que frecuentemente esas bocas quedan sumergidas por el agua de riego que se estanca en la calle y luego todo eso queda expuesto en la superficie. A esto se suma la basura que arrastra el agua, que también queda estancada en el mismo lugar. "Si esto sigue así, seguro que también vamos a tener mosquitos", dijo Cecilia Widmer.
5 Paradas peligrosas
De un lado están las mallas de plástico, tachos de aceite pintados de naranja, señalizaciones y las zanjas de más de 50 centímetros de profundidad de la media calzada que espera ser pavimentada. Del otro lado está la peligrosa y transitada otra media calzada de la avenida Libertador. Y en el medio de todo ese revuelo, está la improvisada parada de colectivos para ir hacia el Oeste. Allí, a escasos centímetros de cientos de vehículos que pasan a toda velocidad, adultos y niños (que van a las escuelas del Barrio Camus) levantan sus brazos para parar los micros de las dos líneas que pasan por el lugar. |
|
|