En un fallo que sienta jurisprudencia, la Suprema Corte de Justicia bonaerense condenó al municipio de Junín por suministrar agua con alto contenido de arsénico, al sostener que esa sustancia “entraña un peligro cierto a la salud de los habitantes de la zona”, y lo instó a comenzar en menos de 90 días acciones contundentes para limpiar el vital elemento.
El fallo podría extenderse a otras comunas bonaerenses con problemas similares como Carlos Casares, 9 de Julio y Pehuajó. La sentencia se dictó en el marco de un amparo que presentó un grupo de vecinos representantes de los intereses colectivos de los usuarios del sistema de agua potable que suministra la red comunal -Juan Carlos Boragina, Marcelo Fabián Miano y Juan Ignacio Iúdica- contra la municipalidad de Junín.
Y revirtió la decisión de la Cámara en lo Civil y Comercial de ese distrito, que rechazó la medida cautelar presentada por esos ciudadanos.
La Corte instó a intervenir de modo “formal y expreso” al ente público de contralor -el Organismo de Control de Aguas de Buenos Aires (Ocaba)-, “en aras de establecer un programa que, examinando todos los aspectos involucrados en la cuestión, fije un comportamiento definido con adecuada precisión técnica”.
La polémica sobre las aguas de Junín -y de otros municipios de la zona- está instalada desde hace años, luego de que un peritaje médico de la Asesoría Pericial Departamental reveló que el agua consumida por los ciudadanos provocaría cáncer de pulmón y laringe, entre otras enfermedades, y sostuvo que quienes la toman están condenados para el resto de sus vidas.
Un juez de primera instancia condenó a Junín a bajar los niveles de concentración del arsénico y de los nitritos en el agua corriente, pero las autoridades apelaron al sostener que cumplían la legislación; la Cámara accedió al planteo pero el caso ahora fue resuelto por la Corte en favor de los afectados.
Peligro latente
Según la pericia que analizó la Corte, el nivel de arsénico en el agua implica serios riesgos para la salud. Planteó que “si se consume agua que excede los límites de arsénico aludidos (0,05 mililitros por litro) debe hablarse de consumidores de agua contaminada y no de agua potable”.
Afirmó además que “la Organización Mundial de la Salud recomienda como valor máximo para dicho componente el de 0,01 mililitros por litro” y recordó que “ciertos autores advierten que el consumo de aguas arsenicales con tenores mayores de 0,02 ml por litro son capaces de provocar arsénico crónico”, según el fallo al que accedió Hoy.
“La experiencia indica que el agua ingerida con arsénico es absorbida por el cuerpo humano, y a través del torrente circulatorio se distribuye y deposita en diferentes órganos como el pulmón, riñón, piel, dientes, pelo y uñas”, advirtió. Y alertó que esas afecciones derivan en patologías como “quedatodermia, la leucodermia, el epitelioma (cáncer) de piel tipo Bowen, el epitelioma espino celular, el cáncer de pulmón y de laringe”.
El máximo tribunal ordenó al gobierno comunal ajustar la prestación del servicio de acuerdo a los niveles de calidad establecidos en la ley 11.820 y el Código Alimentario Argentino, que fijan el límite máximo de arsénico en el agua en 0,05 mililitros por litro. Para ello -si al tiempo de la sentencia no se han puesto en marcha medidas conducentes-, por unanimidad la Corte determinó que las acciones comiencen en forma inmediata, otorgando un plazo de 90 días corridos para cumplir con lo ordenado.
En su voto, el juez Juan Carlos Hitters afirmó: “Ha quedado demostrado debidamente que la provisión del servicio de agua en el municipio de Junín excede el límite máximo establecido para el arsénico en el agua” y que “dicha sustancia entraña un peligro cierto a la salud de los habitantes de la zona”.
“El fallo debería extenderse a ABSA”
Apuntando que gran parte de la responsabilidad por la presencia de arsénico en el agua es de la empresa ABSA, el jefe comunal de Carlos Casares (otro de los distritos que padece el mismo problema), Omar Foglia, sostuvo ayer que el fallo de la Corte condenando a Junín “debería extenderse a ABSA, ya que provee de agua a varios distritos donde también hay presencia de arsénico en la red”.
El intendente remarcó que “la presencia de arsénico en agua también afecta a Pehuajó y 9 de Julio, donde ABSA es la responsable”, y acotó: “Esta situación se está complicando porque el mal funcionamiento de la planta de abastecimiento hace que también haya en el agua corriente cloruro de aluminio”.
La situación, compleja por cierto para la salud de la población, es, según la óptica de los intendentes, responsabilidad de ABSA.
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