La peor sequía de los últimos 50 años continúa ocasionando un grave deterioro económico y social a la provincia. El extremo norte santafecino, próximo al límite con Chaco y Santiago del Estero, se asemeja más a una zona desértica que a la llanura tradicional que permitía la rotación de cultivos y el pasto para la cría de ganado bovino y equino.
La inactividad en el campo, y el efecto multiplicador en las actividades conexas, ya paralizó varias comunidades, con el consiguiente daño en el tejido social. Ciudades como Ceres (departamento San Cristóbal) y Tostado (departamento 9 de Julio) se declararon en emergencia económica y social por el corte de la cadena de pagos y una tibia respuesta del Estado provincial a la demanda de asistencia alimentaria.
"Esto es mucho peor que la crisis de 2001, porque no hay nada para hacer y la gente tiene hambre", afirmó el intendente de Tostado, 320 kilómetros al norte de esta capital, Enrique Fedele. El funcionario apuntó que, de 16.000 habitantes, unos 3000 se encontraban en situación de indigencia.
Explicó que había comprobado que en varios campos de la zona (unas 7000 hectáreas) "no [había] un solo animal. Eso implica un récord de desocupación [45/50%] y de gente que viene de los campos a la ciudad sin nada".
Camilo Busquet, intendente de Ceres (277 kilómetros al noroeste de esta capital, límite con Santiago del Estero y 20.000 habitantes), comentó que registró 85 chicos menores de 14 años con desnutrición y que se recibían las tarjetas nacionales "Nutrir más", "pero [eran] de sólo 100 pesos, lo cual no [alcanzaba], y tampoco [había] para todos".
"Ninguna comuna está preparada para afrontar está situación porque ingresa cada vez menos dinero. Hubo una sensible baja en los fondos coparticipables y los gastos superan ampliamente a lo que se tenía planificado", dijo el jefe comunal de Los Amores (departamento Vera), Omar Walker.
Otro grave problema que agudizó la sequía es la falta de agua para consumo e higiene humanos y para atender el requerimiento del ganado. El gobierno envía regularmente agua en camiones cisterna, pero no alcanza para cubrir la semana. Se perforaron pozos para obtener agua, pero desde la semana pasada muchos están salinizados y, además, la napa subterránea bajó a los 20 metros.
"Estamos cada vez peor", resumió el secretario del Sistema Agropecuario, Agroalimentos y Biocombustibles del Ministerio de la Producción, Carlos Sartor.
Asistencia veterinaria
Se estima que por la mortandad y las ventas hacia provincias vecinas, este año se llevan perdidas más de 50.000 cabezas de ganado. Los animales con poco peso tienen hoy un precio muy por debajo de las cotizaciones de mercados tradicionales.
Para amortiguar el impacto en ese sector, el gobierno habilitó en Tostado el segundo albergue para ganado afectado por la sequía, con capacidad para más de 3000 cabezas, con el objetivo de que el bovino permanezca por 90 días. Durante esos tres meses, recibirá asistencia veterinaria para quedar en condiciones sanitarias y de alimentación óptimas.
"La mortandad sigue diezmando nuestros rodeos y así el futuro es cada vez más incierto", aseguró el presidente de la Sociedad Rural de Vera, Hugo Chiaruttini.
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