Juan Manuel Velasco actualmente es el portavoz del movimiento político Iniciativa Verde. Su cargo constituye una figura que se usa en los partidos verdes de todo el mundo, “donde se diferencia quién es la imagen pública del proyecto político y quién tiene la responsabilidad de vincularse con los medios de comunicación y con otros partidos políticos. De esa manera lo que se hace es tratar de no concentrar todo el poder en una sola persona”, señala.
Durante la gestión de Aníbal Ibarra, Velasco fue diputado y presidente de la Comisión de Ecología de la Legislatura porteña, hasta asumir al frente del Ministerio de Medio Ambiente porteño bajo la gestión de Jorge Telerman.
-¿Cómo se fundó el partido Iniciativa Verde?
-El partido surge producto de muchas casualidades y mucho encuentros voluntarios. Yo era diputado en la Ciudad de Buenos Aires, y fui promotor, impulsor y autor de la Ley de Basura Cero, que finalmente logra sancionarse a fines del año 2005 en la Ciudad de Buenos Aires. Y en ese marco tuvimos una fuerte relación con el conjunto del movimiento ambiental de la Ciudad, ya que era uno de los objetivos más importantes y uno de los reclamos más sentidos por parte del movimiento ambiental porteño. Quedó una muy buena relación, y al año siguiente un conjunto de dirigentes de ONGs me propusieron la idea de conformar el partido verde. A nosotros nunca se nos había ocurrido, nunca habíamos pensado en esta posibilidad. Estábamos muy cómodos en lo que estábamos haciendo, pero lograron entusiasmarnos, así que nos armaron de una serie de contactos en Europa, y viajamos allá para conocer a los dirigentes de los partidos verdes europeos. Allí además estaba el Congreso Constitutivo del Partido Verde Europeo, porque hasta el año 2006, los partidos verdes formaban una Federación. A partir del 2006 formaron un Partido Verde, común en todos los países de la comunidad europea. Fui a ese Congreso Constitutivo, y allí conocí a los dirigentes brasileros y mexicanos que son dos partidos verdes de nuestro continente, con mucho desarrollo y una vastísima historia, y con muchísima representación institucional. Volví de Europa totalmente convencido, y en 2006 dimos los primeros pasos. Se hizo el Congreso de la Federación de Partidos Verdes de América en diciembre de 2006 aquí en Buenos Aires, y allí pusimos la piedra fundamental del partido. Desde ese año venimos trabajando.
-¿Cuáles son los lineamientos centrales del partido?
-Básicamente yo te diría que nosotros tenemos objetivo y proyectos. Nuestro objetivo es que la cuestión ambiental ocupe un lugar prioritario en la agenda pública y en la agenda de los gobiernos, ya sea nacional, provinciales o municipales. Este es un objetivo central que tenemos, y que es uno de los motivos por los cuales se funda el partido verde, porque si esto no fuera así, la existencia del partido verde perdería bastante sentido. Y el otro objetivo es colaborar y promover todos los objetivos de desarrollo, todos los emprendimientos o acciones que se desarrollen en pos de un modelo de desarrollo sustentable, que es lo que también vemos que falta. Sin duda, uno de los cuestionamientos que nosotros le hacemos a los gobiernos que hoy hay en nuestro país, es que no promueven un desarrollo sustentable. Y de hecho, esa es una de las causas de las crisis económicas, políticas y sociales recurrentes que tenemos en la Argentina. Hasta que no se adopte un modelo de desarrollo sostenible ni se deje de lado este modelo de producción agroindustrial intensivo, lamentablemente estas crisis van a seguir ocurriendo en nuestro país.
-¿Con que proyectos cuenta Iniciativa Verde?
-Nosotros tenemos una serie de proyectos básicamente legislativos que estamos impulsando. Estamos impulsando todo lo que sea incentivos a la promoción de las energías renovables, que nos parece una cuestión estratégica en la Argentina. En el país, la energía se sigue viendo desde la visión tradicional de la década del ´40 y ´50, como si el petróleo y el gas fueran los dos componentes fundamentales que debe tener nuestra matriz energética, y no estamos de acuerdo con eso. Son dos componentes que van a ser importantes sin dudas porque así está compuesta la matriz y esto no se cambia de un día para el otro. Pero vemos que hay que avanzar agresivamente en las energías renovables, y nosotros lo que proponemos es crear una empresa estatal de promoción de energías renovables. Nosotros no compartimos la idea de que el petróleo y el gas deban volver a manos del Estado. Si creemos que el Estado debe crear una empresa de energías renovables porque ahí es donde está el futuro, y es donde está la visión estratégica que debe tener la Argentina en materia energética.
-¿Promocionan algún tipo de energía especial entre las renovables?
-Nosotros tenemos por suerte por las ventajas que tiene nuestro país, inmensas posibilidades en ese sentido. La energía eólica tiene infinitos lugares de desarrollo, y la energía solar, la energía mareomotriz y la energía geotérmica también. Si además a eso le agregamos que pueden utilizarse los residuos domiciliarios orgánicos para producir energía a partir de biodigestores, tenemos una condición realmente interesante, para plantearnos un objetivo de desarrollo de las energías renovables muy bueno. Por otra parte eso va a generar más trabajo, y va a generar mayores inversiones. Es decir, no sólo es por un problema ambiental sino que es también por un problema económico. La Argentina tiene que buscar nuevos nichos de mercado y el tema de las energías renovables es sin duda uno donde el país puede contar con ventajas competitivas importantes.
-Con respecto a los residuos sólidos urbanos ¿Qué es lo que propone el partido?
-Nosotros lo que planteamos a nivel nacional es extender el principio de aplicación de la Ley de Basura Cero a todo el territorio nacional. Creemos que es la estrategia de residuos óptima, desde el punto de vista ambiental, desde el punto de vista social, político y económico. Y que además eliminaría toda esta situación de conflicto socio-ambiental que vivimos cada vez que se pretende instalar un relleno sanitario, o el que hemos vivido en estos días con esta idea que tuvo el Gobierno Nacional respecto de las pilas. Hoy hay 10 toneladas de pilas guardadas en un lugar donde por más que se tengan las medidas de seguridad, no es el lugar previsto para eso. Entonces hay un conjunto de residuos peligrosos dispuestos en forma no correcta, y de lo cuál es responsabilidad del Gobierno. El Estado debería invertir en una planta de tratamiento de pilas. Eso generaría trabajo, mejoras ambientales, mejor conducta ciudadana respecto del cuidado ambiental, pero a nadie se le ocurre. Los países centrales y los países desarrollados en el mundo, toman medidas de prevención, de precaución y de control ambiental, y alientan que no lo hagan los países que no están desarrollados, para que sus industrias se instalen en esos países. Es lo que estamos viviendo ahora con las papeleras, que son una realidad no sólo de la región Del Plata, sino que son una realidad también del sudeste asiático, porque ya no pueden instalarse dentro de la Comunidad Económica Europea. Y pasa lo mismo con las pilas, con los residuos electrónicos, con los residuos peligrosos, con los residuos radioactivos. Es evidente que los países en desarrollo tenemos que empezar a mirarnos nosotros y ya que tenemos la desgracia de ser subdesarrollados y no hemos desarrollado una gran industria, por lo tanto no producimos tantos residuos peligrosos, aprovechar esa oportunidad, y empezar a protegernos y a tener una conducta responsable respecto de nuestros residuos para no tener que vivir lo que hoy le está pasando a Europa o a los Estados Unidos, porque no saben que hacer con sus residuos, o lo que hacen es mandárselos a los países subdesarrollados para que lo depositen ahí.
-¿Qué acciones realiza la Brigada de Concientización Ambiental?
-Esa fue una estrategia de campaña que hicimos nosotros. Hicimos varias cosas, una fue pararnos en esquinas de la Ciudad y registrar cuantos colectivos de más de diez años de antigüedad circulaban por la vía pública. Diez años es la máxima antigüedad que permite la Ley Nacional de Tránsito, y la Secretaría de Transporte viene prorrogando esos plazos que define la ley, cosa que es insólito que una resolución de un funcionario vaya por encima de una ley nacional. Otra medida que tomamos es una actividad que realizamos en orillas del Riachuelo para promover la concientización sobre el problema ambiental. Otra acción fue en las puertas de los supermercados difundir entre la gente el no uso de las bolsas que no sean biodegradables. Y otras acciones que hicimos fueron vinculadas al tema de ruidos molestos, lo concentramos en la puerta del subte también tratando de despertar la conciencia en la gente de que debe reclamar ante la empresa para que adopte medidas que reduzcan el nivel de ruido que tenemos que padecer miles de personas que usamos ese transporte público todos los días.
-¿La Brigada tiene vigencia al día de hoy?
-No, fue una herramienta de campaña. Nosotros ahora estamos modificando toda nuestra estructura organizativa para contener a toda la gente que ha estado viniendo, y estamos en la estrategia de formar grupos de voluntarios que generen conciencia en este tipo de temas. Además también damos charlas en escuelas, para promover la separación en origen de los residuos, también ayudamos a la promoción de algunas estrategias que nos parecen interesantes. En este momento estamos ayudando a la productora de la película “Home” a que esa película se pueda difundir en los ámbitos de decisión, en el Congreso, en la Legislatura, como una forma también de construir conciencia no sólo en la ciudadanía sino también en los actores que toman las decisiones todos los días. Estamos promoviendo el tema de las terrazas verdes o cubiertas verdes de los edificios. En breve estamos proponiendo un proyecto de ley para dar incentivos impositivos a las empresas o edificios que se construyan con ese tipo de estrategia en la terraza, que permite por un lado reducir las emisiones de dióxido de carbono de la Ciudad, permite un mejor escurrimiento del agua, y reducir el efecto inundación que producen las lluvias muy copiosas y reducir la temperatura. Está demostrado que el arbolado urbano y cualquier tipo de parquización en la ciudad reduce la temperatura media.
-En materia de política hídrica ¿Tienen algún proyecto en el partido?
-Con el tema del agua básicamente lo que estamos trabajando es la cuestión de la reducción del consumo, del cuidado del consumo que deriva en una reducción. Los porteños tenemos una conducta muy desaprensiva respecto del uso del agua. Y tenemos un sistema muy inadecuado ambientalmente porque para todo usamos el agua potable: la usamos para lavar el auto, para lavar las veredas, para jugar al carnaval, para regar las plantas. Es decir, le damos muchos usos al agua potable, en donde en muchísimos otros lugares del mundo no se usa agua potable. Hay otras alternativas, hay agua que no es potable, que no es apta para el consumo humano, pero que perfectamente puede tener esos usos. Actualmente estamos trabajando en un proyecto donde se exija o se autorice que los edificios puedan hacer alguna perforación a una napa cercana, para usar el agua para esos usos, no para tomarla. Es algo que se hace en la Provincia de Buenos Aires, y se puede hacer también acá.
-¿Cuál su opinión sobre las acciones que está realizando el Gobierno en el saneamiento del Riachuelo?
-Nosotros creemos que hasta que no haya una verdadera decisión política de sanear el río, esto no va a funcionar, y la decisión política a nosotros nos parece que es estrictamente nacional, y desde el poder nacional debe hacerse un estricto seguimiento de lo que hacen las provincias y los municipios. La experiencia muestra que para resolver el problema del Riachuelo, lo primero que hay que hacer es dejar de contaminarlo. Esto quiere decir que con el relevamiento que ya está hecho de todas las empresas empezar a cerrar y a darles un plazo máximo para que si no cambian la tecnología se retiren del Riachuelo. Una vez que está hecho eso, lo que hay que trabajar paralelamente es todo el tema de residuos cloacales, que van al Riachuelo también y es una fuente importante de contaminación, y ahí hay que invertir para que el residuo cloacal no vaya al cauce. Hay que hacer obras de saneamiento, no hay otra alternativa. Dinero para hacer obras de saneamiento hay, el tema es que no se prioriza el Riachuelo, porque se hacen cloacas, pero no se hacen ahí, se hacen en otros lados. Entonces si realmente hay una estrategia de recuperación del río, hay que priorizarlo. Y lo mismo ocurre con la urbanización de las villas. El río no va a poder recuperarse si no hay una integración de los asentamientos marginales que están a sus orillas, al resto de la Ciudad o de la Provincia. Y una de las integraciones que hay que hacer, es darle agua potable y cloacas.
-¿Con respecto a la Autoridad de Cuenca Matanza-Riachuelo, cuál es su opinión?
-Yo creo que la estrategia de la ACUMAR en correcta. Fue un reclamo del movimiento ambiental de muchos años, no sólo en el tema del Riachuelo, sino también en la Cuenca Salí de Tucumán, en el Reconquista, la conformación de Comités de Cuenca que permitan coordinar las actividades de las jurisdicciones. Eso nosotros lo hemos impulsado, fuimos autores de uno de los proyectos que se trató en la Cámara de Diputados de la Nación. El tema es que tiene que tener un funcionamiento permanente, tiene que tener un financiamiento, una estructura más grande. Yo he visto la experiencia del río Tieté. En el río Tieté la Comisión que se encarga de limpiarlo es un organismo que tiene 300 empleados, los cuáles 20 o 30 son administrativos y el resto son personal técnico e inspectores. Ellos pudieron instalar a lo largo de todo el río, un sistema de monitoreo online de los afluentes de todas las empresas. Entonces vos como vecino entras a la página web de la Comisión del Río Tieté y ves que es lo que está volcando cada empresa en el momento en que estás entrando. Entonces ahí hay un control efectivo.
El Riachuelo se puede recuperar, el Tieté es una experiencia, está el Támesis, el Rin. Todos los ríos que atraviesan las grandes urbes han estado como el Riachuelo en algún momento. Lo que pasa es que en algún momento la dirigencia política y económica y social, tomo riendas en el asunto. Recuperar el Riachuelo sería bueno ambientalmente, bueno económicamente, porque las propiedades que están allí levantarían su valor, se podrían hacer emprendimientos turísticos, gastronómicos, de todo tipo. Y eso generaría ingresos y trabajo para toda nuestra gente. Hay que entender que la cuestión ambiental no es sólo una cuestión de preservación sino también es una cuestión de desarrollo.
-¿Cómo fue su experiencia como diputado y presidente de la Comisión de Ecología de la Legislatura, y como ministro de Medio Ambiente porteño?
-Estoy muy contento con ambas experiencias. Creo que pudimos cumplir con este objetivo de instalar la cuestión ambiental en la agenda pública. Mientras estuvimos en la Legislatura logramos sancionar varias leyes: la ley de Aire, la ley de Ruido, la ley de Educación Ambiental, la ley de Basura Cero, la ley de Residuos Peligrosos, la ley de Uso de Solventes, la ley de Arbolado Urbano y la de Declaración de Emergencia del Riachuelo, entre otras.
Además todas las leyes fueron aprobadas con un consenso absoluto, solo una tuvo oposición de dos diputados en artículos en particular. También logramos comprometer al resto de las fuerzas políticas en la legislación.
Un tema que me resulta importante destacar que lo hicimos tanto en la Legislatura como en el Ministerio, es que para nosotros el tema de participación y del involucramiento de la gente en las decisiones públicas es central porque es lo que le da perdurabilidad a una política. Creemos que el consenso que logramos en las leyes tuvo mucho que ver con eso, porque cada vez que armábamos una ley convocábamos a las ONGs, dictábamos seminarios, invitábamos a las universidades a reuniones públicas, donde podía venir cualquiera, desde la gente que podía tener gran experiencia y conocimiento en el tema, hasta la gente que no la tuviera. Y eso producía un proceso de discusión, de debate, de construcción colectiva del instrumento legal que después cuando llegaba al recinto, su aprobación prácticamente era natural, porque había pasado por una serie de instancias de consenso que permitía que su aprobación fuera natural y lógica. Y lo mismo nos pasó en el Ministerio. Allí creamos varias comisiones de trabajo, con la política de que las recomendaciones que salían de esas comisiones, si bien nosotros no teníamos la obligación de adoptarlas, las adoptamos, porque venían de un proceso de debate del cual nosotros también habíamos participado.
Lamentablemente yo creo que una enfermedad que tenemos los dirigentes políticos argentinos es que creemos que vamos a inventar la pólvora, y que de nuestra idea, y de nuestro grupo de colaboración, tienen que salir ideas geniales donde la gente las vea, y se asombre y quede deslumbrada ante la genialidad de esta persona y de este equipo de trabajo. Y no es así. Eso es una visión absolutamente antigua, inadecuada, insustentable, y equivocada. Un gestor moderno es el que involucra a la gente en las decisiones que toma, porque eso hace que la gente se sienta partícipe. La gente no necesita genios, necesita trabajadores democráticos, que estén dispuestos a compartir el poder que tienen.
-¿Cuál es su valoracion de la gestión actual del ministro de Medio Ambiente y Espacio Público?
-Yo creo que es pobre. Creo que la política ambiental del Gobierno de la Ciudad actual primero cometió un grave error que fue querer desarmar todo lo que se había hecho, pero que con el tiempo fue dándose cuenta que había cuestiones que no valían la pena desarmarlas, y las reasumieron como propia. Otro error fue no aprovechar la experiencia de la gestión anterior. Nosotros siempre estuvimos dispuestos a colaborar, a ayudar y a brindarles información porque creemos que hay que avanzar en estos temas, pero siempre la desconsideraron. Por otro lado consideraron que tampoco necesitaban de la colaboración de las ONGs, entonces todos los ámbitos de participación que se habían creado durante el año 2007 los cerraron. Ahora algunos los están abriendo con mucha timidez y con mucha expectativa de manipulación.
Y por otro lado, veo que hay un nivel de improvisación grande, por lo que está pasando con los contratos de basura. La Ciudad de Buenos Aires tiene un nivel de precariedad en sus contratos, porque se hacen mes a mes. Como se venció el contrato y no se llamó a una nueva licitación, entonces primero se usó la prórroga que estaba vigente en el contrato, pero cuando terminó el uso de la prórroga el contrato cayó, entonces ahora se están renovando los servicios mes a mes, pagándole más a las empresas. Nos está saliendo la recolección de basura muchísimo más cara de lo que nos podría y nos debería salir con una licitación. Y todo el problema de la licitación fue una posición obtusa del Gobierno en no trasladar al pliego de licitación la normativa que estaba definida en la Ley de Basura Cero. Como no pudieron juntar los votos para aprobar eso, tuvieron que llegar a esta situación de precariedad. En la campaña Jugá Limpio, se han gastado millones de pesos. Han gastado plata y tiempo, con un mensaje que es realmente dañino. Los centros verdes a nosotros nos ha salidos dos millones de pesos, hicimos dos en un gobierno con una crisis tremenda, ya yéndose, sin dinero. Este gobierno tiene 20 millones de pesos en el presupuesto para armar centro verdes, aprobados por la Legislatura y no ha hecho uno solo. Con lo de las pilas que comentaba anteriormente, hay un nivel de improvisación grande. Con el tema de cambio climático, nosotros le hemos dejado una Oficina de Cambio Climático, para que la Ciudad tuviera una estrategia. La oficina la desarmaron, desistieron de esa política, y ahora están retomándolas de a una.
Reflexión final
Esto que estamos nosotros haciendo hoy acá se está replicando en muchos otros lugares del país. Hay muchos grupos verdes que están surgiendo, incluso algunos que han logrado algunos escaños en algunas ciudades. Ahora estamos tratando de que todos trabajemos en la misma sintonía, brindarle nuestro conocimiento, porque nosotros tenemos más experiencia de gestión, y en la idea de construir un movimiento político verde que en algún momento sea decisión en la Argentina, como hoy lo es en Brasil y en México y en muchos lugares de Europa.
Estamos convencidos que un movimiento político verde es esencial para un país como el nuestro. Es esencial en todo el mundo, hay 87 países en el mundo que tienen un partido verde como nosotros. Pero en países como los nuestros en donde la base fundamental de su riqueza y su proyecto de desarrollo son los recursos naturales, es estratégico que este movimiento político pueda crecer y tener cada vez mayor incidencia en las decisiones de los distintos niveles de gobierno.
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