Funcionarios de provincias patagónicas y el secretario de Ambiente nacional, Homero Bibiloni, analizaron acciones contra la desertificación en la región, en el marco de un proyecto de manejo sustentable en ecosistemas áridos y semiáridos, informó una fuente oficial.
Al finalizar la reunión, Bibiloni, que estaba acompañado por el Coordinador Nacional del Proyecto contra la Desertificación, Severo Fulia, entregó camionetas 4x4 a los representantes de La Pampa, Río Negro, Neuquén, Santa Cruz, Chubut y Tierra del Fuego.
La desertificación es un proceso que tiene unos 40 años e implica el constante deterioro del suelo por la sobrecarga animal, causado por la acción humana, que se suma al calentamiento global y, actualmente, a la sequía que golpea los procesos productivos, explicó la fuente a Télam.
Durante la reunión, según la fuente, se coordinaron acciones para lo que resta del año y que se apuntó a la conformación de «una Red Productiva Ambiental con universidades, provincias, Nación y los productores, para trabajar todos juntos este tema que en la Patagonia es grave».
El subsecretario de Producción y Recursos Naturales rionegrino, Humberto Iglesias, señaló que en el encuentro explicó la situación provincial y detalló cuatro proyectos puntuales para luchar contra la desertificación y promover el manejo sustentable de la tierra «con el objetivo de obtener financiamiento internacional».
Para mostrar resultados con productores incorporados y cantidad de hectáreas sumadas, Río Negro solicitó financiamiento para: ordenamiento del uso de mallines, evaluación y monitoreo de pastizales naturales en bovinos, infraestructura móvil para el manejo sustentable del guanaco y un proyecto piloto para el ordenamiento de desmonte en zonas áridas.
Objetivos
Un vocero de la secretaría de Ambiente indicó los objetivos de las autoridades: «uno meramente técnico, la incorporación de tecnología y herramientas para frenar y revertir la desertificación y el otro una campaña para instalar la cuestión de la sobrecarga animal entre los productores».
La intención es un cambio de hábito que preserve el ambiente y cuyos resultados se verán, en el mejor de los casos, a mediano plazo.
Para un productor chico se trata de un verdadero problema, porque si baja la carga animal «literalmente no llega a fin de mes», pero lo cierto es que, puso como ejemplo, «hasta hace pocos años en Río Negro había cinco millones de ovejas y actualmente sólo un millón», concluyó |
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